Primeros ocho meses de 2024 igualaron totalidad de casos de depresión del año anterior, según datos de Salud
Mujeres entre los 30 y 44 son las más afectadas, de acuerdo con informe epidemiológico
22/09/24 | 07:37am
Hasta la semana epidemiológica 33 de este año en Costa Rica se contabilizaron 6.009 casos notificados de depresión, es decirm, solo se necesitaron los primeros ocho meses del 2024 para igualar la totalidad registrada por las autoridades en el 2023.
Según las estadísticas, en el 2022 la cantidad absoluta de casos de depresión fue de 8.545, teniendo una disminución el año pasado. No obstante, de mantenerse la tendencia al alza reconocida por la Dirección de Vigilancia de la Salud, para finales de este año el número podría ser igual o mayor que el de hace dos años al cierre del 2024.
En este sentido, en tan solo ocho semanas, los casos se incrementaron en 1.108, siendo las mujeres las más afectadas por este trastorno, implicando una diferencia con respecto de los hombres de casi tres mil casos durante este año.
Asimismo, la población femenina de 30 a 44 años muestran mayor incidencia, mientras que, en el caso de los varones, los que más casos registran están entre 35 a 49 años, de acuerdo con el boletín epidemiológico más reciente que incluye indicadores por depresión.
A nivel geográfico, entre las provincias con más casos de depresión figuran San José, Alajuela y Cartago, con 2.202, 1.349 y 438, respectivamente; mientras que, por distrito, Pavas, Ciudad Quesada y San Nicolás de Cartago ocupan los tres primeros lugares en incidencia.
Entre los síntomas más comunes de un episodio depresivo destacan dificultades para concentrarse, sentimiento de culpa excesiva, falta de esperanza hacia el futuro, alteraciones del sueño, cambios en el apetito o peso, falta de energía, y en casos avanzados, pensamientos de muerte y suicidio.
Desde el 2017, en Costa Rica se incorporó el trastorno depresivo como enfermedad de diagnóstico en la Boleta de Notificación Individual Obligatoria, por parte del ente rector en la materia, a través del Decreto de Vigilancia 40556-S, lo que ha permitido conocer su comportamiento estadístico y epidemiológico.