María Dueñas, escritora, novela, El tiempo entre costuras, Por si un día volvemos, España, literatura
Fotografía: Elena Villalobos

María Dueñas: “No me planteé nunca el objetivo de replicar el éxito de “El tiempo entre costuras””

La reconocida escritora española estuvo en Costa Rica promocionando su sexta novela ”Por si un día volvemos”

29/11/25 | 19:01pm

El paso de profesora universitaria a escritora de renombre internacional no fue parte de un plan elaborado por María Dueñas para cambiar los ensayos académicos por novelas de ficción. Esta profesora de filología inglesa finalmente tuvo tiempo para sentarse a escribir una historia que la catapultó al éxito internacional en 2009. "El tiempo entre costuras" fue su ópera prima y también su carta de presentación ante el mundo, obra que en 2013 tuvo su adaptación como serie de televisión.

Desde entonces, la escritora española ya cuenta con seis novelas, las cuales se caracterizan por su acuciosa atención al contexto histórico en el que se desarrollan. 

Aunque agradece el éxito que tuvo su primer relato, Dueñas afirma que esto no ha cambiado la manera en la que plantea nuevas historias, y más que pensar en que sus nuevos trabajos vayan a ser bestsellers, trata de ser honesta y ofrecer algo que los lectores puedan disfrutar.

Anuncio

La escritora estuvo recientemente en Costa Rica promocionando su más reciente novela "Por si un día volvemos" (disponible en Librería Internacional), con la cual rescata la memoria histórica de los pieds-noirs españoles, emigrantes y exiliados de Orán (Argelia) cuando este territorio era una colonia francesa a inicios del Siglo XX.

AmeliaRueda.com: ¿Qué la hizo cambiar la docencia e incursionar en la escritura?

 

María Dueñas: Pues yo nunca tuve la ambición ni la intención de convertirme en escritora de ficción. Mi vida profesional estuvo dedicada al entorno académico durante casi 20 años, pero llegó un momento que coincidió durante una estancia como profesora visitante en un campus en Estados Unidos, por primera vez me vi con un poco de tiempo y ganas de hacer algo distinto, y fue cuando empecé a pensar y a organizarme para escribir una novela, mi primera novela. Pero nunca tuve la intención de decir ‘ahora voy a cambiar de carrera, voy a dar un vuelco completo a mi vida’, pensé que iba a ser algo en paralelo. Y así arranqué a escribir sin tener la menor idea de qué iba a suceder con aquel primer libro. No tenía editorial, no conocía a nadie en ese mundo, todas mis publicaciones eran del ámbito académico, pero tuve la suerte de que primero la agencia Antonia Kerrigan, con quien todavía sigo trabajando muy a gusto, y después una pequeña editorial dentro del gran Grupo Planeta, Temas de Hoy, apostaron por aquella primera novela de una autora totalmente desconocida. Salió a las librerías y lo demás pues ya vino. Vino rodado de manera totalmente imprevista.

AR: Su primera obra fue un éxito rotundo, ¿cómo valora sus obras siguientes en función de su ópera prima?

 

Anuncio

MD: Fue fantástico lo que ocurrió con “El tiempo entre costuras”, que me transformó en una escritora muy conocida, siendo una absoluta desconocida que venía del mundo académico, pero no me planteé nunca el objetivo de replicar el éxito de “El tiempo entre costuras”. De hecho cuando afronté el reto de publicar una segunda novela, constantetemente me pedían los lectores y la editorial la segunda parte de “El tiempo entre costuras” y yo no quise hacerlo. Probablemente habría garantizado un éxito por ir a la cola de la siguiente, pero yo preferí romper radicalmente y explorar otros caminos. Luego vino "Sira", que es la segunda parte de “El tiempo entre costuras”, pero fue mi quinta novela. Tuvimos que esperar hasta cinco para verla publicada. Entonces yo en cada novela me aíslo. Intento sacar lo mejor de mí, trabajar con la mayor honestidad posible, poner en marcha el mayor talento que pueda sacar desde algún sitio, si es que puedo, dedicarle mi atención, mi dedicación, mi trabajo y ya está. Y confiar en poder escribir una buena historia para que la disfruten los lectores. Pero no estoy pendiente todo el rato de 'les gustará, no gustará, qué pensará la crítica, habrá una serie de televisión'. No, no, yo me concentro en mi pequeño mundo y por ahí voy. 

AR: ¿Cuál es su proceso como escritora?

 

MD: Normalmente el proceso que yo sigo es muy paralelo en todos los trabajos. Primero estoy unos meses pensando en la novela, escribiendo algo, notas a mano, rellenando cuadernos, pero sin entrar en el texto de la novela. Voy tomando decisiones sobre cuál va a ser el trasfondo, el momento histórico, la geografía. Investigo, leo, me documento, voy pensando en paralelo quiénes quiero que integren este viaje nuevo narrativo, quiénes van a ser los protagonistas, qué vida, qué peripecia, qué conflictos van a tener. Estoy así unos cuantos meses. Ya llega un momento en el que me obligo a parar porque esa etapa es apasionante, es la mejor. Escucho música, consulto, hablo con gente, toco mil puertas, leo mucho. Y luego ya llega un momento en que me obligo a parar, a abrir un documento que diga "capítulo uno" y empiezo a escribir. Y esa segunda parte me lleva aproximadamente un año. Y luego ya viene la tercera etapa, que para mí es la más ingrata. Hay algunos autores que les gusta, pero a mí es la que menos me agrada, que son ya las correcciones, prepararlo todo para que llegue a la imprenta. Salgo de la soledad de la escritura y trabajo más con el equipo editorial. Pensamos en la portada, pensamos en el lanzamiento, llega a los lectores y me dedico a acompañarla como ahora durante unos meses también. 

María Dueñas

AR: ¿Qué nace primero? ¿El contexto, la historia o los personajes?

 

MD: Normalmente lo primero que nace es el contexto geográfico e histórico. En casi todas las novelas hay una especie de episodio de contexto histórico que a mí me genera algún tipo de atracción por algo concreto. En "El tiempo entre costuras" fue el Marruecos español porque tenía vínculos con mi familia. Siempre hay algo así antes que los personajes. Y después, cuando ya tengo esa idea clara y esa decisión tomada, entonces empiezo a formar un personaje y cuál va a ser su recorrido vital. 

AR: Me llama la atención que en todos sus trabajos, aunque sean ficción, se preocupa mucho por la veracidad histórica, ¿por qué es importante para usted?

 

MD: Yo intento que cada novela tenga un trasfondo lo más interesante posible, también para los lectores, ¿no? Creo que las dos cosas quedarían huérfanas, o sea, trabajar sobre un contexto, por mucho que me interese, sin una historia humana relevante, que es la de los personajes, quedaría probablemente muy aburrido, pero también construir la peripecia vital de unos personajes sin ese contexto yo creo que también quedaría más empobrecido. Yo creo que una cosa se nutre de la otra. Digamos lo humano de lo histórico y lo histórico de lo humano. Y yo creo que combinando las dos facetas se enriquecen las historias. 

AR: ¿Cuál fue su primer contacto con la historia de Orán?

 

MD: Yo conocía la historia de los españoles en Orán y era una historia que yo quería escribir desde hacía bastante tiempo. Yo tenía historias oídas, contadas, de gente que vivió aquel mundo. Mi familia vivió en Marruecos, que es al lado, pero no en Argelia, en Orán, pero sí que hubo siempre mucho trasvase. Lo fui dejando, pero al final me decidí, leí y hablé con gente. Viajé a Orán, que es un poco complicado porque no es un país que reciba muchos visitantes internacionales, un poco encapsulado en sí mismo. Pero pude viajar y la acogida fue magnífica tanto en Orán como en la gente de origen oranés o que vivió allí, que ahora están en Francia o están en España, y les llamé a través de amigos, a través de conocidos, y todo el mundo me acogió con con una generosidad y con una ilusión enorme porque iba a contar un poco de su historia y la verdad es que el proceso ha sido muy gratificante. 

AR: El nombre real de Cecilia (protagonista de "Por si un día volvemos") es un misterio a lo largo de toda la novela, ¿cómo elige los nombres de quienes protagonizan sus relatos? ¿Guardan algún significado para la historia o a nivel personal?

 

MD: A veces sí, a veces no. Es cierto que a Cecilia la conocemos con 17 años, cuando ella adopta el nombre de un hombre, de un individuo que además es muy adverso en su vida porque abusa de ella y eso hace que ella se ponga en movimiento y rompa con su pasado, rompa con su entorno y emprenda una vida nueva que va a ser la trama argumental del libro. Yo me planteé muchas veces, mientras estaba escribiendo, si iba a escribir o no lo que podría ser como un capítulo cero, donde ella nos presenta su vida anterior, cómo se llamaba en realidad y cómo era ese mundo del que huye. Y finalmente decidí que no, que el personaje que nos interesa es cuando ya es Cecilia. Lo anterior es irrelevante. Entonces, los nombres a veces tienen alguna razón de ser práctica o emocional, o un pequeño tributo a alguien, a algo. Los nombres los pienso bastante. Nunca es 'venga, cómo le ponemos, rápidamente'. No, no, siempre hay un ejercicio de reflexión y de decisión.

Portada del libro

AR: En una entrevista escuché que Cecilia, al igual que la mayoría de sus personajes, es completamente de ficción, pero que usted se preocupa en darle "masa humana", ¿cómo se hace esto?

 

MD: Yo no me preocupo tanto por el aspecto físico de Cecilia. De hecho, sabemos muy poco físicamente, que es delgada, huesuda, alta y que tiene un pelo oscuro, indomable. Pero sí me interesa eso, su carga humana. Y yo por eso me esfuerzo por que mis personajes en general tengan claroscuros, tengan sombras y luces, tengan glorias y miserias. Porque así somos los humanos, con nuestras debilidades, con nuestras incertidumbres, con nuestros momentos espléndidos y nuestros momentos que nos gustaría desaparecer del mapa. Y eso lo vigilo bastante, que mis personajes no sean nunca super hombres o mujeres, que no pierdan nunca de vista que pisan el suelo y que somos seres humanos. Y con eso en mente, pues yo los voy construyendo, dándoles alas para que vuelen, pero para que no se despeguen tampoco de la realidad, nunca. 

AR: Esta historia es tan solo un ejemplo de cómo la humanidad siempre ha migrado, por decisión propia o necesidad, ¿cómo ve el discurso antiinmigrante instaurado en todo el mundo actualmente?

 

MD: Los españoles ahora nos hemos convertido en un país de acogida de inmigrantes, pero hace no tanto éramos un país muy emigrante. Una gran parte de españoles vino aquí hacia América Latina y algunos otros fueron hacia el norte de África. Y, salvando mil distancias geográficas, históricas, políticas en todos los sentidos, al final la historia de la emigración es una historia de desgarro, de reconversión, de asimilación, de sufrimiento muchas veces y con las mil versiones distintas que podemos tener de estas historias. Y eso yo creo que es la esencia de la novela también. Por eso me parece que es una historia muy universal, que es importante que no se nos olvide y que sigamos hablando de estas cosas, que siga el discurso. Ahora que tenemos una situación tan complicada en Estados Unidos, Latinoamérica, en la propia España, con estas tensiones tan constantes entre los que están, los que llegan, los que se van. Los humanos nos hemos ido moviendo de un sitio a otro, hay que intentar mantener una mirada un poco más compasiva hacia estas historias. 

La mayoría de las mujeres con las que se topa Cecilia a lo largo de su vida son las que la hicieron avanzar, ¿es este un relato sobre la sororidad?

 

MD: Sí, exactamente. Pero yo no quiero inventar nada. Es que eso ha estado ahí siempre. No se llamaba sororidad, ese es un término nuevo que ahora ya se ha arraigado y lo usamos constantemente, pero antes era de toda la vida, pues ayuda entre vecinas, entre mujeres, entre amigas, entre conocidas o simplemente entre individuos que se cruzan por el camino. Pero eso ha sido así siempre. Más en esta novela que transcurre en tiempos de guerra, donde muchas mujeres se quedaban solas, tenían que sacar adelante a sus familias y eso de ayudarse en cosas pequeñas ha estado ahí siempre. Y eso, en cierta forma, ha hecho que el mundo avance. Esas mujeres sacando adelante en situaciones a menudo muy adversas a sus familias y apoyándose en otras mujeres cercanas. Y yo quería que eso estuviese ahí.

AR: ¿Hay alguna historia sobre España y América Latina que le llame la atención para una próxima obra?

 

MD: Hay muchísimas, pero como un poco en el aire, sin concretar. Me interesa muchísimo la historia de españoles por el mundo, y Latinoamérica está llena de gente de origen español cuya familia vino por circunstancias distintas, viviendo aventuras distintas. Y llegó, se quedó, se asentó, formó sus familias, formó su mundo. Y detrás de cada una de esas historias yo estoy convencida de que hay una novela. Entonces, claro que me encantaría explorarlas y saldrían historias tremendas de desarraigo, de lucha, de alegrías y tristezas, como todos. Pero de momento no sé cómo va a ser la siguiente, hacia dónde enfocarla, ni en qué contexto concreto. 

AmeliaRueda.com

Noticias, reportajes videos,

investigación, infografías.

Periodismo independiente en Costa Rica.

(506)4032-7931

comunicados@ameliarueda.com

Privacidad