Tras acoger veto presidencial, diputados vuelven a aprobar en primer debate ley de cannabis

Los diputados aprobaron este jueves nuevamente en primer debate el proyecto que avala el uso del cannabis medicinal y el cáñamo industrial en el país, luego de acoger y aprobar los cambios al texto de la ley, según lo solicitó Casa Presidencial al vetar dicha ley el 27 de enero anterior.

El proyecto recibió 36 votos a favor y tres en contra.

El presidente Alvarado vetó parcialmente esta iniciativa luego de recibir un informe del ministro de Salud Daniel Salas que pedía eliminar el artículo que permitía el autocultivo del cannabis medicinal en casos de pacientes certificados, alegando que generaría un descontrol y un peligro para la salud de las personas.

“Esto es altamente riesgoso para la salud pública, ya que se asume que la planta por sí misma, sin importar cómo sea consumida por la persona, tiene efectos terapéuticos o medicinales, y eso no es así“, señaló el ministro de Salud.

Adicionalmente, no hay mecanismos efectivos de trazabilidad, lo que resultaría en un control casi inexistente, agregó el jerarca.

Los otros dos artículos que se eliminaron del texto tienen que ver con la siembra libre del cáñamo, para que su cultivo se haga sólo por medio de licencias.

Los diputados a favor de este proyecto terminaron acogiendo los cambios solicitados, ya que para aprobar la ley obviando el veto presidencial se ocupaba de 38 votos que no se tenían.

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Beneficiar a unos pocos

La diputada independiente Paola Vega, quien preside la Comisión de Ambiente, donde se dictaminó el proyecto, lamentó que el veto para su criterio debilitó la ley.

Hay que recordar que este proyecto incluso pasó el tamiz de la Sala Constitucional, quien no encontró roces en el texto.

Vega recordó que antes de su dictamen y posterior aprobación en primer y segundo debate, Casa Presidencial nunca alegó ninguna duda, o bien solicitó alguna audiencia para expresar inquietudes.

Para la exdiputada del PAC, lo más grave del veto fue imponer licencias para sembrar el cáñamo, cuando esto es como sembrar cualquier otro producto agrícola.

El cáñamo es una planta que proviene de la planta del cannabis, como lo es también la planta de marihuana y donde cada una tiene características distintas.

Debido a que la planta del cáñamo tiene mínimas cantidades de tetrahidrocannabinol (THC) es el principal componente psicoactivo del cannabis, el proyecto pretendía dejar a la libre su siembra.

“Con este cambio el Poder Ejecutivo puede hacer lo que le dé la gana con esa licencia, desde cobrar sumas onerosas de inscripción hasta poner requisitos o trabas para el mercado del cáñamo. Para más que la preocupación por el porcentaje de THC, lo que les preocupa es que ese mercado solo sea para unos cuantos, como ha sido la tónica de este gobierno”, afirmó Vega.

De igual el diputado del Frente Amplio (FA), José María Villalta, calificó que ponerle licencias al cultivo de cáñamo, es igual que pedir una licencia para cultivar piña o cualquier otro producto agrícola.

El ministro de Seguridad, Michael Soto, alegó para solicitar este cambio en la ley, que es imposible determinar a simple visto la diferencia entre una mata de cannabis y una de marihuana y que esto podría llevar a grupos criminales organizados a usar ese portillo para el cultivo ilegal.

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¿Qué se aprobó?

En el caso del cannabis para los tratamientos medicinales, el proyecto establece que las empresas que deseen producir estos productos deberán contar con una licencia que otorgará el Ministerio de Salud.

Un 30% al 40% el porcentaje de esas licencias que serán reservadas para asociaciones de pequeños productores, cooperativas y pequeños emprendimientos rurales.

Establece un impuesto del 1% a las rentas obtenidas de las actividades y productos del cannabis medicinal.

Este tributo busca financiar la fiscalización y control que deben hacer las autoridades del Ministerio de Seguridad Pública y de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) sobre estos productos.

La iniciativa da el aval para que las empresas que se dediquen a la industrialización de cannabis con fines medicinales y terapéuticos puedan instalarse en Zonas Francas.

Cabe señalar que esas empresas disfrutarán todas las excepciones del régimen de Zonas Francas, pero sí deberán pagar el impuesto simbólico del 1%.

En el caso del cáñamo, el fin es crear una nueva industria, ya que a partir de esta planta se procesan alimentos, fibras, cuerdas, papel, ladrillos, aceite, plástico natural, biocombustibles, pinturas, entre otros productos.

De acuerdo con un estudio de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), en 2020 la industria del cáñamo generó ventas por $5.700 millones en mercados como los Estados Unidos y China.