José Manuel Granados, esposo y padre de dos hijas, narró a AmeliaRueda.com su proceso de recuperación tras haber estado hospitalizado durante 22 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Calderon Guardia producto de la enfermedad del virus del Covid-19.
17/04/20 | 20:18pm
“Al principio los síntomas eran leves, pero de un pronto a otro ya no podía respirar ni moverme, fue en ese momento cuando le dije a mi familia que necesitaba ayuda, me estaba muriendo y después de ese momento no recuerdo nada, perdí la consciencia por más de 15 días”.
De esta forma, José Manuel Granados, un costarricense de 68 años, recordó como inició su proceso para vencerle la batalla al virus del Covid-19 desde una de las salas de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Calderón Guardia.
Después de cuatro días de recibir la salida de la UCI, el sobreviviente narró a AmeliaRueda.com los momentos angustiantes que tuvo que vivir desde el momento en que fue diagnosticado con la enfermedad del nuevo coronavirus, que hasta el día de hoy ha cobrado la vida de cuatro personas en Costa Rica.
“Cuando a uno le dicen que va para la UCI uno recibe la noticia como si fuera una sentencia de muerte, mi mayor angustia y miedo al ingresar a ese lugar era salir en una bolsa plástica sin la posibilidad de despedirme de mis dos hijas y mi esposa”, detalló.
A cuatro días de haber salido del hospital, este profesor universitario vecino de San José, describió que fue contagiado con el virus durante un viaje que realizó con su hermana a la ciudad de Chicago en Illinois, Estados Unidos.
“Usted no me lo va a creer, pero yo no tenía mucho ánimo, como que yo tenía un presentimiento, pero igual esa “corazonada” no me quito el impulso y me fui, desde ese momento mi vida cambió en un abrir y cerrar de ojos”.
De acuerdo con Granados, la ansiedad y la zozobra empezaron desde el 18 de marzo cuando los casos en Estados Unidos empezaron a incrementar y el gobierno empezó a tomar medidas restrictivas como cierre de establecimientos y cancelación de vuelos.
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“En el momento en que anunciaron la cancelación de nuestro vuelo empezó el calvario, mi hermana y yo estábamos desesperados por salir de ahí, no solo por el manejo que le estaban dando a la situación sino por el temor de enfermarse y no tener el dinero para pagar la hospitalización”
“Sin embargo, a penas supe de esta situación mi hija me ayudó a conseguir un vuelo y logramos salir de ahí, no le miento, le doy muchas gracias a Dios de haber padecido esta enfermedad aquí, yo no sé qué hubiera hecho allá, probablemente habría muerto” , reconoció.
José Manuel explicó que los aeropuertos y los vuelos venían cargados de personas de diferentes partes del mundo y que además, los protocolos de protección y cuidado eran mínimos.
“Yo estoy seguro que me contagie en la escala que hicimos de Chicago a Florida, no tengo dudas, los vuelos venían a toda capacidad, la gente estornudaba sin cuidado, era el ambiente perfecto para que el virus se propagara, fueron las horas de vuelo más largas que he vivido”, dijo.
Al llegar a suelo costarricense, Granados confesó sentir una gran tranquilidad por sentirse casa sin saber que era el inicio de las batallas más grandes que ha tenido que librar para mantenerse con vida.
“Ahí empezó el calvario, días después empecé con una fiebre y tos, al principio todo se sentía muy leve, pero después usted no se imagina, esto no es “jugando” como decimos los ticos”.
A los tres o cuatros días después de presentar los primeros síntomas, su condición de salud empezó a decaer rápidamente, José Manuel recuerda sentir una debilidad muy profunda en el cuerpo y una baja en el apetito.
“Mi hija me daba caldos, pero que va, yo no podía comer, no tenía fuerzas para hacer nada, estaba tumbado en la cama, con fiebre y mucho dolor muscular, yo sabía que ya no era normal lo que sentía, muy adentro de mi corazón presentía esa sensación de que las cosas iban a empeorar”, explicó.
Y así fue, dos días más tarde, el costarricense estaba de camino al Hospital Calderón Guardia, lleno de “máquinas” y “tubos”, acompañado únicamente por dos profesionales de la Cruz Roja Costarricense vestidos con el equipo de protección especial utilizado para transportar casos de Covid-19.
“Tenían trajes como de astronautas, fue muy impactante todo el protocolo que siguieron pero eso es lo único que recuerdo, después de eso caí inconsciente y no supe más nada de mí ni de mi familia”.
“Antes de perder el conocimiento pensé, yo he vivido bien durante mis 68 años, he cumplido con mis sueños profesionales, pero igual el miedo no se me quitaba, no quería dejar de ver a mis seres queridos, no de esa forma”, expresó.
A partir de ese momento, José Manuel en conjunto con todo el personal médico del Hospital Calderón Guardia iniciaron la batalla para vencer al nuevo coronavirus, una lucha que duró más de 20 días.
Al mismo tiempo, en su casa, su familia también libraba otra batalla, la de la angustia y la incertidumbre sobre el futuro de su esposo y el de su padre.
Su hija mayor Steff Granados, narró los momentos de dolor que tuvo que vivir desde el momento en que su papá ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
“Uno piensa lo peor, por lo que ve en las noticias, acá en el país y en el mundo, fueron los instantes más desgarradores y preocupantes que he tenido que vivir en mi vida, esa sensación que sentí no se lo deseo a nadie”, detalló.
Lo que parecía imposible para José Manuel y su familia, se volvió realidad, tras 22 días de hospitalización en la UCI del Hospital Calderón Guardia, el personal médico de la institución giró la orden para darle de alta.
Después de días de espera e incertidumbre, su hija describe ese momento como uno de los más importantes y significativos de su vida.
“No te imaginas la emoción que yo sentí cuando vi a mi papá levantarse de esa silla, yo no podía dejar de llorar de pensar en lo afortunados que éramos por tenerlo ahí, un poco débil pero vivo”
“Yo me ataqué a llorar y lo primero que quería hacer era correr para abrazarlo pero no podía por el protocolo de protección y cuidado, pero en cuanto pude no lo solté, sentí un gran alivio y un enorme agradecimiento con Dios”, narró.
Después de contar su testimonio, Jose Manuel quiso enviar un llamado a toda la población costarricense a la consciencia y al respeto por las medidas sanitarias que tanto el Ministerio de Salud como la Caja Costarricense del Seguro Social están promoviendo para contener el virus del Covid-19.
“Yo quisiera que mi testimonio sirva para que las personas que andan ahí por la calle sin necesidad tomen un poquito de responsabilidad sobre la situación que estamos viviendo, ninguno de nosotros está exento de sufrir por una enfermedad como esta.
“Ya lo hemos visto no discrimina ni por sexo, edad ni condición social es parejo para todos, por eso les pido que por favor hagan caso, no desperdiciemos todo el esfuerzo y trabajo que están haciendo las autoridades de salud por nosotros, háganlo por ustedes, por sus familias, por los que más aman”, concluyó.
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