Sentencia de 12 años por abusos sexuales a hija de Lynda Díaz queda en firme, ratifica Sala III

La condena impuesta a Carlos Solano Zúñiga por los delitos de violación, corrupción y abuso sexual de menores, en perjuicio de su hija biológica Lindaliz Díaz, quedó ratificada este jueves 1 de setiembre por Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, confirmó AmeliaRueda.com.

El fallo pone punto final a un proceso judicial que demoró 10 años y cuatro juicios.

En entrevista con AmeliaRueda.com (AR), Fabio Oconitrillo, el abogado de Lindaliz, hija de la conocida expresentadora y empresaria Lynda Díaz, afirmó que la notificación del Tribunal de Casación se recibió el lunes 29 de agosto pero el equipo legal prefirió esperar y contar con la certeza absoluta de que el proceso contra Solano ya es cosa juzgada.

“Creo que aquí hay algo muy relevante, pues hay cientos de casos que quedan impunes porque las víctimas desafortunadamente no se atreven o no pueden enfrentar un caso como el de Liz, ella fue perseverante en busca de justicia, en busca de demostrar los delitos sexuales cometidos por su propio padre biológico, ella decidió someter su historia a un sistema judicial en el que creyó, a pesar de que tuvo que venir al país a someterse a cuatro juicios diferentes, en un tema tan delicado, ya sin contar con la parte económica también tuvo que viajar a realizar diferentes diligencias judiciales relacionadas con el caso”, afirmó Oconitrillo.

Con esta resolución, el Tribunal de Pavas tendrá que realizar el cálculo de la pena que corresponde para determinar si Solano es enviado a algún centro penitenciario a cumplir su condena que, en principio, sería de 12 años.

Desde diciembre de 2019, el acusado está bajo arresto domiciliario alegando problemas de salud y por lo tanto, adujo, no podía cumplir la pena en prisión. Previamente el Tribunal de Pavas dictó prisión preventiva en su contra.

En entrevista con AR, Lynda Díaz recién afirmó su júbilo por la sentencia, pues afirma que se hizo justicia aunque el costo de llegar hasta este punto ha sido “tremendamente fuerte y desgastante”.

“Puedo decir que es uno de los días más felices de mi vida, solo yo como madre sé la manera en que Lindaliz decidió primero contarme a mí todo lo que había callado en silencio, un silencio que rompió a los 18 años y que obviamente a mí me causó un dolor y una rabia difícil de explicar. En todos estos años hemos tenido que venir a juicios, hemos sufrido amenazas de muerte, hemos tenido que llegar a las salas de juicios con custodios y chalecos antibalas, ha sido muy fuerte todo pero hoy no hay más allá, se hizo justicia, aún estamos procesando esto porque han sido 10 años de terror por muchas razones, pero todo valió la pena, Lindaliz se arriesgó a vivir todo este proceso con el fin de que se hiciera justicia pero también de inspirar a otras personas que han sufrido las barbaridades que ella sufrió, a que no guarden silencio”.