Ruso que piden extraditar desde Costa Rica: “Me quieren llevar allá para torturarme"

Un conflicto con su antigua madrastra lo tiene preso y en medio de un proceso de extradición desde Costa Rica a Rusia, donde para él la cárcel es sinónimo de tortura.

Igor Grigorenko, un empresario ruso, asegura que no vive en Costa Rica para evadir la justicia de su país, sino porque su pasión por la pesca deportiva lo llevó a radicarse en territorio tico, donde junto a su esposa creó su negocio en Jacó, en Garabito de Puntarenas.

Desde la cárcel La Leticia, situada en Pococí, Grigorenko conversó vía telefónica con AmeliaRueda.com para dar a conocer su historia y su versión del por qué no quiere ser extraditado a Rusia, país que lo solicitó a las autoridades judiciales ticas, pues allá tiene pendiente una causa penal por una aparente estafa en perjuicio de su madrastra.

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Grigorenko, quien está preso desde el 6 febrero de este año por orden del Tribunal Penal de Quepos, detalló que todo el problema legal empezó tras la muerte de su padre, asesinado el 10 de diciembre en Jacó.

Según explicó, cuando su progenitor murió, él y su madrastra quedaron como herederos; sin embargo, en Rusia las deudas también se heredan, y en el caso de su papá las deudas y los bienes ascendían a 100 millones de rublos ($1,5 millones).

Él aseveró que esa deuda la vendió a una tercera persona en 20 millones de rublos, porque el precio de las propiedades heredadas bajó y solo tenía el interés de pagar la deuda

"En Rusia es peligroso. Si hay una deuda es mejor pagarla, porque después la venden a un criminal y alguien viene a reclamar esa deuda. Por eso yo di importancia a eso. Contacté a un amigo que me dijo que puede ayudar y comprar esta deuda, al final fue un amigo suyo quien la compró", relató.

"Si Korova (su madrastra) colaboraba era posible dividir el dinero y recibir 10 millones (rublos) cada uno", manifestó Grigorenko.

Luego de todo el litigio por la herencia, el hombre regresó a Costa Rica, donde estaba viviendo desde el 2012. "Yo trabajo en pesca deportiva, soy bastante famoso en Rusia, organizamos tours de pesca por todo el mundo y desde la primera vez que vine aquí me quise quedar", señaló.

La sorpresa para él llegó en febrero de este año, cuando lo detuvieron en la vía pública de playa Jacó debido a una orden de captura internacional por supuestamente estafar a su madrastra.

"Lo que ella dice es que yo escapé a Costa Rica, con esa mentira consiguió un investigador y se emitió una orden de captura, y luego, por medio de Interpol. El abogado puso en el reporte que Igor estuvo informado sobre el proceso, cuando es mentira, porque esas notificaciones llegaban a la casa en Rusia, donde ella está viviendo", añadió Grigorenko.

Las autoridades rusas alegan que antes del 24 de noviembre de 2014, él realizó un plan criminal para cometer actos fraudulentos y falsificó obligaciones de deuda de su padre, provocando un fraude de 50 millones de rublos para la madrastra.

Temor de ir a Rusia

Este hombre de 44 años ahora teme en ser enviado a Rusia, pues asegura que allá no se respetan derechos humanos y le preocupa ser víctima de torturas con tal de que acepte que cometió el delito.

"El investigador no tiene ninguna prueba contra mí. Lo único que quiere es que me extraditen a Rusia para que me torturen y firme que soy culpable. Es el plan muy claro del investigador", enfatizó.

Alega que se usaron documentos y testimonios obtenidos de forma irregular, además de que en Rusia ya se sabía que estaba en Costa Rica.

"La búsqueda internacional es para buscar a las personas que no saben dónde están, pero ellos sabían donde vivo", añadió.

Este ciudadano ruso ahora está a la espera de que se resuelva la solicitud de extradición, decisión que recae sobre el Tribunal Penal de Quepos y es apelable.

En caso de que se acepte ser trasladado allá, el Estado requiriente tiene dos meses para llevarse a la persona y los costos corren por cuenta de ese país.