Luego de tres meses de gestiones, Margarita Salas, costarricense, e Iliana Espitia, de nacionalidad colombiana, consiguieron documento
18/06/19 | 18:14pm
Por primera vez, la Dirección General de Migración y Extranjería otorgó la residencia a una mujer de nacionalidad colombiana que se encuentra casada con una costarricense.
Se trata de Iliana Espitia, quien se casó en Colombia con la excandidata a diputada y activista Margarita Salas.
Espitia recibió la residencia temporal dentro del país como pareja de una nacional. Anterior a esto, afirma que tenía que salir del país cada noventa días, pues solo podía permanecer como turista.
El pasado 21 de diciembre, el Presidente Carlos Alvarado firmó cuatro decretos y directrices para garantizar derechos de las personas de la comunidad LGTBI, entre ellos los derechos migratorios de parejas binacionales.
Según explicaron ambas, esta noticia fue una de las principales razones para contraer nupcias, puesto que Espitia no tenía garantías de seguro social, no podía trabajar y tampoco podía sacar cuentas bancarias nacionales.
Debido a que en Colombia el matrimonio igualitario es legal desde 2016, viajaron allá y se casaron en marzo de este año. Desde entonces iniciaron el proceso para legalizar su situación migratoria.
"Ella (Espitia) se mudó a finales del año pasado al país y empezó a estudiar. Por esa vía se podía iniciar el trámite de estudiante, pero nosotras apenas salió la resolución nos casamos en Colombia para poder formalizar la residencia de ella", afirmó Salas.
Salas y Espitia se conocen desde hace ocho años. Llevan más de un año de pareja y hasta agosto pasado llevaban una relación a distancia. Esta resolución afirma que les ha dado un "cambio total, pero positivo" a su vida.
"Nos casamos porque nos parecía muy importante tener esta seguridad jurídica como pareja, pero también nos casamos para celebrar nuestra relación. La boda fue preciosa. Luchamos mucho para tener acceso a los mismos derechos que el resto de personas, entonces eso merece una celebración", recordó la activista.
La pareja duró alrededor de tres meses para hacer este trámite. Comenzaron en Colombia, donde sacaron y apostillaron su certificado de matrimonio. Posteriormente, explica Espitia, regresaron a Costa Rica para inscribir su matrimonio en el Registro Civil, y aunque en el país todavía no se pueda registrar matrimonios del mismo sexo, esta entidad brinda un comprobante de que se hizo la gestión. Posteriormente abrieron un expediente en Migración, entregaron todos los documentos y pruebas de matrimonio necesarias (Fotografías o cualquier forma de verificación de la relación) y finalmente asistieron a una entrevista que trate de confirmar su nexo sentimental.
Durante este proceso la pareja tuvo problemas con la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), en el cual no tenía actualizado dentro de su sistema que ellas estaban realizando dicho proceso migratorio. Esto hizo que el trámite se retrasara por más de tres semanas, según explicaron.
La Caja cuenta con un protocolo que permite el aseguramiento de parejas del mismo sexo desde el año 2014.
Pese a esto, Salas todavía permanecerá como “soltera” dentro de su estatus civil, hasta el 20 de mayo del próximo año, cuando en Costa Rica sea legal el matrimonio igualitario.
Para Espitia esta resolución “habla mucho” de la posición que Costa Rica tiene sobre los derechos humanos. "Esta noticia habla de cómo Costa Rica reconoce a sus ciudadanos y ciudadanas mayores de edad como seres libres de tomar sus decisiones. También cómo reconoce que cada persona tiene libertad de tomar sus proyectos de vida que le parezca. Esta es demasiado importante", comentó.
Para Salas a Costa Rica le queda un largo camino que recorrer sobre derechos de las comunidades diversas. "Esto no es el final. Esto no quiere decir que la pareja LGTB ya tiene todos sus derechos. Seguimos luchando, seguimos reclamando nuestros derechos", enfatizó.
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