A sus 40 años, esta enfermera del Hospital de Alajuela gestiona una pensión por invalidez
24/02/22 | 08:12am
Cansancio, falta de aire, dificultad para desplazarse y dolor en las manos son sólo parte de las secuelas que dejó el covid-19 en Magaly Rojas Solís, primer paciente intubada por el virus en el país que suma casi dos años incapacitada tras el contagio.
El primer caso de SARS-CoV-2 se registró en Costa Rica el 6 de marzo del 2020 y tan sólo cuatro días después ella recibió un diagnóstico positivo de contagio. Contrajo el virus en su trabajo, ya que es enfermera del Hospital de Alajuela.
Fue la funcionaria número 18 contagiada del virus en dicho centro médico donde el covid-19 afectó con fuerza al inicio de su llegada al país. Magaly ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) el 21 de marzo y “a partir de ahí yo quedé en coma”.
La enfermera fue la primer paciente en Costa Rica en tener que ser intubada por el contagio, estuvo en la UCI durante 18 días, salió del Hospital el 8 de abril del 2020, momento que todo el país recuerda y aplaudió, ya que el video de su salida se hizo viral porque representó la recuperación de la primer paciente intubada y ventilada mecánicamente por este virus.
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Hoy, casi dos años después de su contagio, Magaly sigue incapacitada, las secuelas del virus no le permitieron retomar su vida. Las largas jornadas de trabajo como enfermera, las noches de fútbol sala y los días de juegos con su hijo de 9 años son parte del pasado, recuerdos que añora y que presiente que no volverán.
El covid-19 cambió la vida de esta enfermera de 40 años, redujo su movilidad, sus fuerzas y sus posibilidades de llevar una “vida normal”.
Magaly se encuentra incapacitada desde el 10 de marzo del 2020 cuando recibió su diagnóstico positivo de covid-19, desde entonces y luego de estar en la UCI ha mantenido una rutina cargada de exámenes médicos, citas en el Instituto Nacional de Seguros (INS) y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), entidad para la que labora hace 19 años.
Durante estos casi dos años se ha extendido su incapacidad en múltiples oportunidades, los médicos le indican incertidumbre sobre su estado de salud y posible recuperación.
Incluso, a inicios del 2021 y pese a su mal estado de salud, “el doctor del INS le dijo que volviera al trabajo para ver la reacción”, le quitó la incapacidad y la envió a su trabajo con una serie de recomendaciones de lo que no podía hacer.
Estar sentada, estar mucho de pie, permitirle ir a un lugar al aire libre cada hora para quitarse la mascarilla y respirar y no ubicarla en sitios con olores fuertes, fueron parte de las recomendaciones enviadas a la jefatura de Magaly.
“Ese primer día que volví llegué al parqueo y al caminar hasta el segundo piso llegué sofocada, tuve que sentarme para recuperar el aire. Cada hora tenía que bajar para poder respirar sin mascarilla y duraba 25 minutos bajando y subiendo.
“Mi supervisora sintió como una burla la nota del INS donde le decían todo lo que yo no podía hacer, incluso, bromeó diciendo que me iba a poner una silla encima del hospital para que volviera a ver para el aeropuerto, que era el único lugar donde podía calzar”, recuerda.
El regreso al trabajo de Magaly duró sólo cuatro días, no pudo continuar y su jefa le recomendó solicitar la reapertura de la incapacidad.
“Ese último día me tocó recibir a una paciente de ginecología que venía de una cesarea y cuando me agache a acomodar la camilla casi me voy de bruces, ya ni siquiera me puedo agachar.
“Hice cuatro días, no pude ejercer ninguna de mis funciones regulares antes del covid-19, funciones de una persona normal, osea me convertí en un recargo en el servicio y por eso solicité la reapertura de la incapacidad”, contó la enfermera.
Tras casi dos años del contagio de SARS-CoV-2, Magaly aún no percibe con normalidad todos los olores, tampoco recuperó el gusto.
No puede estar mucho tiempo sentada y tampoco mucho tiempo de pie, registra un problema en la cadera que le afecta su pierna izquierda y los doctores no le saben indicar qué es y le dicen que “seguramente” fue por estar tanto tiempo acostada o en una mala posición durante sus días de internamiento en la UCI.
Dolor de manos, de nudillos, de cabeza, de brazos, falta de aire e imposibilidad de agacharse son parte de las secuelas.
“Me han dicho que lo más seguro es que me faltó oxígeno cuando estaba intubada y parece que varias neuronas se murieron, aún no me han dado de alta en neurología”, comentó.
Su estado de salud no mejora y eso complica el día a día de Magaly, quien reconoce sentirse frustrada porque ni los médicos saben qué decirle, “incluso hasta perdido el interés en mi caso”, dijo.
“Yo me levanto y llegó bien al medio día, a partir de esa hora ya estoy agotada y no es por hacer muchas cosas, yo lo único que puedo hacer bien es bañarme, aunque tengo una silla fuera de la ducha porque me tengo que secar sentada y también puedo acomodar, por ejemplo, la ropa, pero también sentada.
“Yo ya no puedo barrer o limpiar porque no aguanto los brazos y las piernas, siento un dolor en entre los nuditos de las manos, se me hinchan las manos, me siento agotada, con cada cosa que hago quedo con un cansancio exagerado. De todo lo que he logrado resaltó que camine un poco mejor, pero no puedo caminar mucho por el ahogamiento”, explicó Magaly.
Los médicos le explican que su internamiento en UCI genera estás complicaciones, pero la mantienen en monitoreo. Por ejemplo, en el último TAC ya se detectaron daños en sus pulmones.
Ante este panorama de secuelas, la enfermera decidió tramitar una pensión por invalidez.
Reconoce que nunca imaginó tener que pasar por esto, pero agrega que vive con mucha depresión al ver que su estado de salud no mejora y que debe estar solicitando ampliaciones de incapacidad.
El proceso para solicitar su pensión por invalidez concluyó a mitad de noviembre anterior y actualmente se encuentra a la espera del resultado de su caso en la CCSS.
La incapacidad que tiene vigente actualmente Magaly vence el 20 de marzo próximo y esperaría una nueva ampliación a la espera de alguna respuesta favorable sobre su pensión.
En AmeliaRueda.com consultamos a la Caja sobre este proceso y recibimos respuesta por parte de la Dirección de Administración de Pensiones, donde nos indicaron que el caso de Magaly se espera resolver este mes.
De acuerdo con el reporte de la Dirección de Calificación de Invalidez el proceso de gestión de pensión de Rojas Solís requirió de tres citas de valoración médica en diferentes especialidades, la última el 16 de noviembre del 2021.
“El trámite a continuado de forma normal y se encuentra dentro de los casos que serán conocidos por la Comisión Calificadora del Estado de invalidez en el transcurso del mes de febrero, esto respetando el orden cronológico de ingresos a ésta y tomando en consideración que ella Comisión se encarga de la atención y valoración de trámites de pensión de todo el territorio nacional”, respondieron.
A la fecha Magaly no recibe respuesta y mantiene su asistencia a cada una de las citas que le programan tanto en el INS como en la CCSS, asiste a ellas con el fin de encontrar mejoras y respuestas claras de los médicos sobre sus secuelas tras el contagio, hace casi dos años, de covid-19.
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