Los costos por ampliación aumentaron $87,5 millones entre 2015 y 2020 pero no aumentaron el caudal de la planta.
07/12/20 | 10:55am
La planta de tratamiento de aguas residuales Los Tajos aumentó 8 veces su inversión en los últimos cinco años pero su rendimiento promedio se estancó en 16 por ciento de la capacidad total desde 2017, señala un informe la Contraloría General de la República (CGR).
La inversión en “rehabilitación y ampliación” del alcantarillado pasó de $11,4 millones en 2015 a $98,9 millones en 2020.
“Los caudales de aguas residuales que le ingresan en los últimos años no han aumentado significativamente, pese a que los costos del programa se mantienen en aumento”, dijo la gerente de Fiscalización de Servicios Ambientales de la CGR, Carolina Retana.
Esto fue generado por al menos 23 colapsos en la red de alcantarillados sanitarios, según el informe. De esos, 21 colapsos fueron identificados en 2015 y aún no han sido reparados.
“Se pone en riesgo la gestión financiera de las inversiones actuales y la implementación de las obras faltantes. Además, se subutilizan obras en detrimento de la eficacia y eficiencia en el servicio”, indica la auditoría.
El dato se desprende de una auditoría sobre el tratamiento de aguas residuales realizado por el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
El informe encontró retrasos de hasta seis meses en algunas obras, costos por “asuntos previsibles” y un bajo nivel de aguas tratadas en comparación con lo estimado inicialmente.
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Pese a que el caudal de aguas tratadas es bajo, la calidad del tratamiento de las aguas que sí llegan es alta. El informe señala un rendimiento del 100% en los procesos para remover residuos sólidos del agua.
Pero debido a que la mayoría de las aguas residuales no se tratan, esta es una de las mayores deudas ambientales de Costa Rica, según una evaluación realizada en cada país por la Universidad de Yale (Estados Unidos).
Actualmente, sólo un 14% de la población tiene acceso a saneamiento de aguas residuales, según el informe Estado de la Nación 2020. Como resultado, cerca del 70% de las aguas residuales de Costa Rica no se tratan.
En contraste, la gran mayoría (76%) de la población nacional utiliza tanques sépticos para disponer sus aguas residuales. Estos generan presión sobre los mantos acuíferos y pueden afectar los suelos.
La ejecución de los proyectos es una de las principales debilidades del AyA, según indica la autoría de la CGR. Estas llevaron a un aumento en los costos de ciertas obras.
Por ejemplo, entre 2016 y 2018, la Unidad Ejecutora del Programa de Agua Potable y Saneamiento (PAPS) coordinó la construcción de tres alcantarillados en Coronado, llamados Obras 2, 4 y 5. Pero estos presentaron varios problemas.
En primer lugar, los tres proyectos tuvieron un atraso de 6,6 meses. Esto generó un desfase del 79% con respecto al tiempo programado para la construcción de la obra (8,8 meses).
El costo final, además, fue casi el doble que el monto adjudicado inicialmente. Al final, la Obra 2 tuvo un costo de ¢1.520 millones, la Obra 4 costó ¢1.435 millones y la Obra 5 llegó a los ¢1.491 millones.
Debido a estos problemas, la CGR solicitó a la Presidenta Ejecutiva del AyA, Yamileth Astorga, “establecer e implementar un modelo para la operación y mantenimiento de la infraestructura de alcantarillado sanitario desarrollada por dicha Unidad Ejecutora”.
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