La investigación es una de las primeras en encontrar una relaci ón entre las olas de calor marinas y el cambio climático.
07/10/20 | 14:21pm
A finales de 2013, el mar se comenzó a calentar en las cercanías de Alaska. El área con temperaturas récord comenzó pequeña, pero luego se extendió hasta México y Centroamérica. Para 2015, paralizó la industria pesquera en el Pacífico.
Las olas de calor marinas como esta se volvieron 20 veces más frecuentes e intensas por causa del cambio climático, según una nueva investigación de la Universidad de Berna (Suiza) publicada en la revista científica Science.
Bajo condiciones naturales, este fenómeno ocurriría alrededor de “una vez cada mil años”, según explicó la autora principal del estudio, Charlotte Laufkötter. Pero en los últimos 40 años se han registrado más de 200.
“Las olas de calor marino no ocurren en un mundo sin cambio climático”, dijo Laufkötter a AmeliaRueda.com vía correo electrónico.
La investigación de Laufkötter es una de las primeras en demostrar científicamente la estrecha relación entre el cambio climático y las olas de calor en el mar. Primero, la investigación encontró que el fenómeno es cada vez más frecuente.
Entre 1981 y 1991, los científicos identificaron 27 olas de calor en el mar, cuya duración fue de 32 días en promedio, según el estudio. Entre 2007 y 2017, identificaron 172 de estos eventos, con una duración de 48 días.
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Pero había un problema: esto no demuestra que el cambio climático fuera necesariamente la causa. Para esto, Laufkötter y su equipo diseñaron modelos matemáticos, para simular posibles causas para el fenómeno.
“Usamos modelos climáticos para simular dos posibles mundos: el real, con emisión de gases de efecto invernadero, y uno imaginario sin emisiones causadas por los humanos”, explicó la científica.
En cada uno de esos mundos imaginados, los científicos calcularon las probabilidades de que surjan olas de calor similares a las observadas, con la misma temperatura y duración. El resultado, sin embargo, fue muy disparejo.
En un mundo sin cambio climático, la probabilidad de observar una ola de calor como las que experimentamos es de 0,1% cada año. En el mundo real, sin embargo, la probabilidad es de 10% cada año, según el estudio.
“Las políticas climáticas ambiciosas son una necesidad absoluta para reducir el riesgo de olas de calor marinas, de una intensidad sin precedentes”, explicó Laufkötter.
El océano ha absorbido la mayor parte del calentamiento global desde la década de 1970, según informe científico de Naciones Unidas de 2018. Este ecosistema ha sido el más golpeado por el cambio climático hasta el momento.
“El calentamiento del océano representa alrededor de 93% del incremento en la energía del planeta Tierra entre 1971 y 2010”, señala el informe. La capa superior del océano (0 a 200 m de profundidad) fue el principal sector afectado.
Esto está favoreciendo la formación de olas de calor marinas, explicó Laufkötter. No obstante, el mecanismo exacto bajo el que se hacen más intensas aún no es del todo conocido, según la investigadora.
“Necesitamos aprender más sobre los impactos que pueden tener las olas de calor marinas en general, y sobre qué impulsores físicos las están causando”, indicó la científica climática.
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Olas de calor marinas intensas —como la del 2015— sucederían en periodos de décadas, si los países logran reducir emisiones y cumplir el Acuerdo de París, según el estudio. Pero si no, ocurrirían en periodos de años.
Otro estudio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) encontró que las olas de calor marinas obligan a especies a migrar por hasta decenas de kilómetros.
En Estados Unidos, por ejemplo, la ola de calor del 2015 desplazó a las presas de los leones marinos, quienes se quedaron sin alimento en la costa oeste norteamericana. Cientos de ellos murieron, según la investigación.
“Las recientes olas de calor han tenido un grave impacto en los ecosistemas marinos, los cuales necesitan mucho tiempo para recuperarse, si es que alguna vez se recuperan por completo”, dijo Laufkötter.
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