Costa Rica apunta a un año récord de financiamiento en 2021. Las autoridades de Hacienda proyectan necesidades por el orden del 15% del PIB.
25/06/20 | 10:41am
Las necesidades de endeudamiento costarricenses alcanzarían su punto más alto desde el año 2010 y alcanzarían un 15% del PIB en 2021, según las estimaciones del Ministerio de Hacienda para ese año.
El dato sobrepasa en una quinta parte las estimaciones hechas para 2020, año para el que Hacienda estima necesidades por el orden del 12,5% de la producción, según datos suministrados a AmeliaRueda.com.
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Para llegar a estos estimados, la cartera dio por sentado que este 2020 se aprobarían todos los créditos de apoyo presupuestario que tramita el Ejecutivo. Ellos suman ingresos totales por $2.533 millones a un costo mucho menor que el que tendrían si se consiguieran en los mercados internos e incluso externos regulares.
También dio por sentado que el país logrará contener su déficit financiero en un 8,6% del PIB; es decir, que conseguirá la aprobación de todos los proyectos que impulsa para evitar una caída todavía mayor (que podría llegar al 10% del PIB ante la caída de ¢975.000 millones en los ingresos de este 2020, según estima la cartera producto de la pandemia del Covid-19).
Los datos suministrados por el ministerio además indican que el país alcanzaría su tope de requerimientos en 2021 y luego decrecería a un 12,5% del PIB en 2022 (igual que este 2020).
Los años siguientes tendrían necesidades inferiores, de un 10,8% en 2023; y de un 8,7%, en 2024.
Para financiar las necesidades de 2020, Hacienda ya proyecta un posible crédito de apoyo presupuestario por $350 millones y la emisión de $1.500 millones en eurobonos. Sin embargo, las fuentes podrían cambiar.
De no conseguir mayores fuentes de financiamiento externo, el país tendría que presionar el mercado local, quitarle recursos e incomodar sus tasas de interés. Además, quedaría sujeto peores condiciones crediticias en ese mercado local, con plazos menores y tasas más altas.
Todas las estimaciones, sin embargo, pueden variar con el paso del tiempo, ante cambios en las proyecciones para este 2020 o incumplimientos en los supuestos planteados para los años posteriores.
La gestión de las necesidades, sin embargo, auguran una situación compleja para el Ejecutivo. Solo para este 2020, el Gobierno no ha logrado satisfacer las expectativas de los diputados de oposición en materia de reducción de gasto y muchos de los créditos impulsados por el Ejecutivo se mantienen en pausa.
Uno de los créditos que todavía están haciendo fila en la Asamblea Legislativa es el Instrumento de Financiamiento Rápido por $509 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con esa entidad, el Gobierno además acepta que existen negociaciones para un acuerdo stand-by, que permitiría acceder a $750 millones anuales por tres años. No obstante, estas negociaciones implicarían una fuerte revisión de metas fiscales para ese período, las cuales habría que negociar primero con el organismo internacional.
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En todo caso, el país además tendrá que enfrentar peores condiciones crediticias ante la caída en los indicadores de confianza medidos por las calificadoras de riesgo como Standard & Poor's, que bajó los créditos costarricenses de largo plazo de B+ a B, con perspectiva negativa, en su última revisión.
Otro factor que podría jugar en contra de la aprobación de créditos internacionales y de ajustes fiscales son las elecciones de 2022, las cuales fueron reconocidas como un obstáculo previsible para la estabilidad de las finanzas costarricenses en los próximos meses, como parte de la última revisión al Estado costarricense hecha por la calificadora S&P.
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