El comercio sigue pese a las directivas del gobierno local y de la agencia de Salud que han hecho un llamado para que cese la venta de estos animales.
AFP
12/02/20 | 18:56pm
Los amantes de la carne de murciélago, ratas y serpientes siguen comprándola en los mercados especializados de Indonesia, pese a las recomendaciones oficiales de retirar la oferta de estos animales salvajes de las cartas de los restaurantes por miedo a la propagación de la epidemia de COVID-19.
En la isla de Célebes, los vendedores de un mercado en Tomohon conocido por su sorprendente oferta de animales exóticos a consumir a la parrilla o estofados, dicen que el negocio va bien y que los turistas curiosos vienen a observar su mercancía que escandaliza a los defensores de los animales.
Los científicos piensan que el nuevo virus, que ha matado a más de 1.100 personas en China y se ha extendido por una treintena de países, nació si duda en los murciélagos. Pero habría pasado por otra especie antes de transmitirse al ser humano, quizá a través del pangolín.
Un mercado de mariscos y animales exóticos de la ciudad china de Wuhan, la cuna de la epidemia, está considerado como el foco probable de la transmisión al hombre.
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Pero estas preocupaciones no están entre los que frecuentan este mercado indonesio.
Los puestos proponen un amplia oferta de animales destinados a la cocina, que pasa por serpientes gigantes, ratas empaladas, perros asados cuyo pelaje ha sido quemado. Y solo los turistas que tienen estómago para cualquier cosa pueden visitar este mercado hasta el final.
El vendedor de murciélagos Stenly Timbuleng afirma que vende su mercancía a 60.000 rupias (4 euros) el kilo a los compradores de la región, donde la sopa de murciélago es una de las especialidades gastronómicas.
"Vendo entre 40 y 60 kilos diarios", explica este hombre de 45 años a la AFP.
"El virus no ha afectado las ventas, mis clientes siguen viniendo", subraya.
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Lince Rengkuan - cuyo restaurante sirve murciélagos estofados en leche de coco y especias- explica que el secreto reside en una buena preparación.
"Si no se cuece bien el murciélago, puede ser peligroso", dice. "Pero se cuece bien y hasta ahora los clientes siguen pidiéndolo".
El comercio sigue pese a las directivas del gobierno local y de la agencia de Salud que han hecho un llamado para que cese la venta de estos animales.
"Instamos a la gente a que no consuma carne de animales sospechosos de poder transmitir la enfermedad que puede ser mortal", dice Ruddy Lengkong, jefe de la Cámara local de Comercio e Industria.
En la capital, Yakarta, los vendedores de un mercado especializado siguen vendiendo serpientes troceadas y sangre de cobra: "señor, es bueno para usted; esto cura todas las enfermedades y también las previene", asegura el vendedor.
Las autoridades indonesias no han registrado casos de personas infectadas por el virus hasta ahora a diferencia de la mayoría de los países del sureste asiático.
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