“Ellos llegaron en el momento más inoportuno”, dice tío de víctima de masacre en Buenos Aires

Para José María Quesada Ramírez, el asesinato de su sobrino César Quesada Cascante, su familia y acompañantes, ocurrió porque estos estuvieron en el lugar y momento equivocado.

Este empresario de 66 años, vecino de San Isidro de El General de Pérez Zeledón, considera que la masacre ocurrida en Llano Bonito de Brunka, en Buenos Aires, se dio con motivo del robo a la finca de su amigo, el estadounidense Stephen Paul Sandusky.

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"Definitivamente yo creo que ellos llegaron en el momento más inoportuno, en un momento al que no deberían llegar nunca. Lo que me imagino yo es que el asalto ya estaba en proceso, a Stephen a lo que yo creo ya lo habían matado y no haber conseguido... porque yo estoy seguro que él no tenía dinero ahí, por las cosas que le habían pasado antes, entonces pienso que ya lo habían matado y ellos habían llegado en el momento menos apropiado. Fue una casualidad de la vida porque son gente que nada tenía que ver con ninguna cosa. Llegaron en el momento menos apropiado", comentó Quesada Cascante en una entrevista con AmeliaRueda.com, llevada a cabo el martes en una de las mesas de su restaurante Mares del Sur.

Su hipótesis de lo sucedido coincide con el móvil desde el que partió el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), según explicó el lunes su director general, Wálter Espinoza Espinoza.

"Yo que estuve en el lugar de los hechos y que conozco la historia de Stephen, a quien ya lo habían asaltado en varias ocasiones (...) creo que la hipótesis es el asalto. A él me imagino que estas personas que lo mataron pensaron en un concepto muy equivocado con la gente norteamericana, de que porque es gringo tiene mucha plata. Yo pienso que creyeron que Stephen tenía montones de dinero y lo asaltaron en la mañana y que lo mataron antes que a mi sobrino y su familia.

"Es que la casa está toda registrada. Es increíble. Yo pienso que hacía poco lo habían matado y cuando vieron a un carro venir en un lugar al que no va nadie, los chavalos pensaron en que ya lo mataron y que no habían conseguido nada, entonces que tenían que eliminarlos para seguir buscando porque tenían que llevarse algo porque a eso venían", explicó Quesada Cascante.

Agregó el empresario que la esposa de Quesada Cascante, la profesora de enseñanza especial Alina Villarevia Rivera, fue fusilada de un disparo en la cabeza frente al pick-up en el que se trasladaban, al igual que otra mujer que la acompañaba, de apellidos Zúñiga Rodríguez.

El cadáver del sobrino de Quesada Ramírez, un mecánico industrial, yacía bajo una pila de llantas cercana a una bodega y estaba impregnado con líquido acelerante, aunque no fue quemado.

A unos 100 metros, en un callejón cercado estaba tendido Daniel, hijo del matrimonio, con disparos en espalda y cabeza, según su tío abuelo.

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Un cuerpo fue encontrado en el cajón de una camioneta y otro al costado derecho de esta. Los restos correspondían a Sandusky y al otro de los acompañantes de la familia, de apellidos Borbón Muñoz. Por ahora no se ha podido precisar cuál cadáver era cuál, toda vez que ambos estaban calcinados. El vehículo también fue quemado.

Desde el macabro hallazgo -hecho por el empresario y otros familiares- la madrugada del lunes, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fuerza Pública iniciaron pericias en la escena con el objetivo de dar con el paradero de quienes perpetraron el crimen. Estas se mantenían al menos al mediodía del martes, según lo pudo constatar un equipo de este medio en el sitio.