Nuevo estadio de Alajuelense en Turrúcares recibe aval de socios

Los socios de la Liga Deportiva Alajuelense (LDA) aprobaron este sábado la construcción de un nuevo estadio en Turrúcares de Alajuela con capacidad para 24.000 personas, cuyas obras están valoradas en $30 millones y se prevé concluyan en 2024.

El proyecto recibió 235 votos a favor, 45 en contra y 2 nulos de los 300 asociados activos que se apersonaron al Centro de Convenciones de Costa Rica, en Belén; es decir, poco menos de una tercera de los socios activos del club.

En la misma sesión, con 263 votos a favor, 35 en contra y 2 nulos, el órgano aprobó una reforma a sus Estatutos; la primera en la institución desde 1993.

Desde el 8 de julio pasado, la Junta Directiva del club convocó a su Asamblea General,compuesta por unos 800 aficionados, para tomar esta decisión.

De esta manera, los rojinegros podrán formalizar una opción de compra de un terreno de nueve hectáreas frente al Centro de Alto Rendimiento (CAR) de la institución así como fideicomiso bancario de primas que vigilaría los fondos obtenidos de una preventa de espacios en el estadio. Esta figura a su vez condicionaría la adquisición de la propiedad al cumplimiento de una serie de requisitos.

A dichos contribuyentes se les denominará "socios fundadores" y se les garantizará el arrendamiento de su silla por hasta 15 años, aunque la venta es por cinco años menos.

Todos los recursos que se obtengan por esa vía serán administrados por un fiduciario (tentativamente el BAC Credomatic) que permitirá el uso de estos hasta que se alcance un mínimo de $4.200.000 y hasta que se cumplan requerimientos como: un acuerdo de compra del terreno, un financiamiento bancario complementario por 70% del costo de la obra, los permisos de construcción, la viabilidad técnica y la firma de un contrato de construcción.

En caso de que esos requisitos no se cumplan, el ente bancario congelará los fondos por un periodo determinado -que tampoco se ha detallado- y procederá a su devolución a los fideicomitentes (los "socios fundadores").

Durante la presentación oficial del proyecto, el 8 de abril pasado, se detalló que para los 24.000 espectadores que asistan a los juegos de los manudos se tienen previstas butacas individuales numeradas; todas bajo techo.

Estos se distribuyen de la siguiente manera:

• 8.500 espacios de "gradería".
• 7.000 espacios de "platea".
• 3.000 espacios de "muralla rojinegra".
• 2.500 espacios de "preferencial".
• 1.300 espacios de "palco".
• 1.760 espacios de "palcos privados", divididos en 88 "boxes" para 20 personas.

El reducto contará con baterías de servicios sanitarios, estaciones de pago de servicio de parqueo así como dos plazoletas para el recibimiento y entretenimiento de aficionados.

Los diseños contemplan estacionamientos para 1.443 vehículos con acceso desde la rutas 27 y 721 (la cual comunica con la ruta 1, que lleva de San José a Alajuela), así como cinco paradas para autobuses que transporten a los aficionados de manera directa desde diferentes "parqueos satélite" (aparcaderos en localidades lejanas a los que los seguidores llegan y son transportados al estadio) y eventual canal para la llegada de personas por el servicio de tren.

El planteamiento además, según manifestaron entonces el presidente de la empresa Piasa, Mauricio Arce, así como el arquitecto a cargo del proyecto, Rodrigo González; apunta a la sostenibilidad ambiental de la estructura mediante la instalación de paneles solares, luces LED, grifería de ahorro, entre otros elementos.

Asimismo, el último de los responsables aseguró que el inmueble cumplirá con la normativa internacional y nacional de accesibilidad para personas con discapacidad.

La construcción de la estructura además se pretende realizar un sistema de ventilación cruzada para dar frescura en los graderíos así como con ingresos a nivel medio, lo que quiere decir que los aficionados entrarán a las tribunas por el centro de estas y no desde abajo. Ello, de acuerdo con el empresario, facilitará la evacuación del recinto y concentrará la acústica en este, sin perturbar a los vecinos en los alrededores.