Disminuido en el terreno de juego, Real Madrid se mostró más fuerte que el Atlético de Madrid desde el punto de penal
28/05/16 | 15:39pm
Si algo podía dejar la final interclubes más importante del mundo era una dosis del mayor dramatismo del mundo porque fue así - con drama- que el Real Madrid logró la deseada "undécima".
Y no es solo por el penal errado por el Atlético de Madrid que permitió al costarricense Keylor Navas soñar por un rato con dejar su arco en cero, sino porque a falta de diez minutos para el final los blancos recibieron el gol que enfrió sus aspiraciones, y ya sin cambios y con Cristiano Ronaldo golpeado, el Real Madrid debió enfrentar así los tiempos suplementarios para soportar hasta los penales.
El Real Madrid enfrentó el partido con más ganas que ideas. Solo cuando los colchoneros se lo permitieron - al inicio del encuentro- fue cuando los blancos dominaron. Pero fue en la mayor parte del partido que los dirigidos por el Cholo Simeone mantuvieron el control del balón.
Pese a ese control el tico fue poco exigido. Salvo la jugada del penal y del gol en contra, el costarricense pasó la mayor parte del tiempo recogiendo pelotas que se iban por la línea final o rebotando devoluciones.
En la etapa de tiempos extra el Real Madrid parecía echado a su suerte, sin cambios, sin ideas, dependiendo de alguna individualidad, dependiendo quizás de que en los penales el oriundo de Pérez Zeledón se cubriera de gloria... y así fue, con la suerte una vez más del poste derecho.
La mitad del estadio de San Siro en Milán quedó mudo. La otra mitad estalló en júbilo. La pierna de Juanfran Torres apuntó a la derecha del marco y allí voló Keylor. Pero el balón se topó con el poste, ese poste bendito para Navas, maldito para los colchoneros... Lo demás fue trámite. Cristiano Ronaldo selló la suerte para los merengues.
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