<span>En Costa Rica, cada año, en promedio, 600 personas son mordidas por una terciopelo, entre una y tres mueren producto del envenenamiento.</span>
03/11/19 | 10:05am
Hace diez años, los biólogos del serpentario del Instituto Clodomiro Picado observaron que una serpiente terciopelo mostraba “una reacción de huida” frente a una fuente natural.
El comportamiento de esa especie sembró muchas interrogantes: ¿Por qué escapaba? ¿Era algo casual o había alguna sustancia que provocara esa conducta? ¿Pasaría lo mismo con otros individuos o con otras especies?
Las dudas quedaron en el aire hasta que, hace cinco años, las investigadoras costarricenses de la Universidad de Costa Rica, Mónica Alvarado y María Herrera, decidieron estudiar qué provocaba la repulsión de las terciopelos.
En Costa Rica, cada año, en promedio, 600 personas son mordidas por una terciopelo, entre una y tres mueren producto del envenenamiento.
Esa fue la principal motivación de las científicas para investigar el tema y buscar el desarrollo de un repelente que ayude a reducir las estadísticas de ataques a humanos y animales.
Con mucho por hacer, Alvarado y Herrera definieron una metodología, extrajeron los componentes orgánicos de la planta, midieron las reacciones de las serpientes al ser expuestas a dichos compuestos, categorizaron los comportamientos y documentaron todo el proceso por escrito y en video. Todas esas labores les ha tomado cinco años de trabajo en el Instituto Clodomiro Picado.
Las investigadoras no pueden dar detalles sobre cuáles son los componentes que repelen a la terciopelo, pues, aspiran a inscribir la patente de su descubrimiento.
“Diseñamos desde cero una metodología para hacer la extracción de los compuestos, probar esos extractos crudos en presencia de la serpiente. Teníamos muchos extractos diferentes, algunos no daban respuestas, otros sí y fuimos seleccionando los que tenían respuestas positivas”, detalló Herrera.
Luego de decenas de pruebas, las investigadoras lograron determinar cuáles componentes y en qué proporciones alejaban a las terciopelos.
Ahora, están en búsqueda de financiamiento para producir esas sustancias de forma sintética, ya que la fuente natural no es abundante. También deben decidir si el producto sale al mercado como un aerosol (espray), una crema u otro.
Además, requieren de ayuda financiera y técnica para completar la obtención de la patente.
La expansión del ser humano hacia los hábitats de las terciopelos y la matanza de sus depredadores han provocado una sobrepoblación de esa especie, considerada como una de las más agresivas y letales de la región.
En caso de mordedura, los especialistas afirman que la víctima debe acudir a un centro médico de inmediato. Los protocolos, según el Instituto Clodomiro Picado, establecen que el tiempo para buscar la asistencia hospitalaria no debe superar las cuatro horas para no comprometer la vida.
La investigadora del Instituto Clodomiro Picado, María Herrera
“Estamos en la búsqueda de alguna empresa que se quiera asociar con nosotros, invertir o donar la parte de investigación. Incluso, después se puede negociar la propiedad intelectual, estamos en esa etapa”, dijo Herrera.
Ya hubo un acercamiento con una empresa británica interesada, la cual tuvo acceso a parte de la investigación.
“Ellos están interesados en apoyarnos con la patente, de inscribirla y hacerse cargo de los costos, obviamente ellos tendrían beneficios si esto (el repelente) se llega a comercializar”, añadió la especialista.
Por la naturaleza de ese trámite, aún no hay fecha de cuándo podría salir al mercado el repelente contra terciopelos.
Agregó que existen algunos “repelentes” de serpientes a la venta en sitios web, pero no tienen base científica y ni siquiera indican con claridad los componentes de los que están hechos.
En la investigación de Herrera y Alvarado han colaborado químicos y biólogos de la Universidad de Costa Rica.
Noticias, reportajes videos,
investigación, infografías.
Periodismo independiente en Costa Rica.
(506)4032-7931
|
comunicados@ameliarueda.com
Privacidad