Entre insultos de conductores, presidente Alvarado y ministro del MOPT retoman inspección en obras

No habían pasado ni tres minutos desde el momento en el que el presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, había llegado a la zona de trabajo de la construcción del nuevo viaducto en la rotonda de la Bandera, cuando se escuchó el primer grito de un conductor: ¡ladrón!

Desde ese momento, expresiones similares no se hicieron esperar: ¡Corruptos! ¡Voy a llamar al OIJ! ¡Jalen cochinillos! ¡Ladrones! Fueron parte de las expresiones que se escucharon durante toda la actividad que la mañana de este viernes se realizó en medio de los carriles de circulación que se encuentran cerca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Se trata de la primera "inspección" de obras viales que realiza Alvarado junto al ministro del MOPT, Rodolfo Méndez Mata, tras el caso Cochinilla. Pasaron casi seis meses para que ambos volvieran a un proyecto y se invitara a la prensa.

Los insultos fueron parte del acto, hasta que dos oficiales de la Fuerza Pública se ubicaron en la vía y evitaron los gritos de los conductores mientras el presidente atendía las consultas de los medios de comunicación.

Era inevitable consultarle al presidente qué opinaba de los gritos de los conductores, los cuales lo acompañaron en la actividad, de principio a fin.

"Lo entiendo, lo entiendo porque han pasado los diferentes casos, la gente está molesta y como digo, no hay un distingo cuando eso se expande a toda la clase política, no hay una distinción de que este sí o este no. Entonces lo entiendo, pero bueno, a mi lo que me toca es trabajar", dijo Alvarado quien agregó que no cree que los conductores lo señalen directamente a él, sino a toda la clase política.

"Cuando tenemos 53 por ciento de indecisión a dos meses de una elección, es algo inédito y creo que va mucho por ese lado, pero en ese ámbito lo entiendo y qué queda, seguir trabajando. Porque pase eso no vamos a detener esta obra (viaducto de la Bandera), no vamos a detener las otras obras ni vamos a detener lo que es bueno o importante y necesario para el país", indicó el presidente al manifestar que no le importa su popularidad y que el tema de ser popular o no era el "enfoque tradicional".

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El presidente dijo que él se "siente muy tranquilo" con el trabajo que ha realizado que evitó que Costa Rica entrara en una crisis económica.

"Si uno quisiera caerle bien a alguien se hace actor o yo no sé, pero ese no es el trabajo, o como pasa en otras partes de la región, autoritarios y esa no es Costa Rica.

El mandatario se refirió, además, a los resultados de la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), donde se refleja que Alvarado registra en este momento su peor calificación ciudadana de toda su Administración.

"En cuanto a temas de encuestas mi opinión sigue siendo la misma , yo estoy aquí para hacer el trabajo y para arreglar las cosas del país, no para ser popular y lo he dicho desde el principio. Yo voy a seguir haciendo lo que me toca hacer, y a mi me toca hacer obra pública y me toca hacer un acuerdo con el Fondo Monetario (FMI) para que el país no tenga problemas", manifestó.

El presidente dijo que las medidas que ha tomado, como el acuerdo del FMI no es popular, pero es lo que necesita el país y por eso avanza con el plan. Agregó que los casos de corrupción también inciden directamente en la opinión de las personas y él celebra que salgan a la luz para que puedan generarse cambios.

"¿Cuáles son los gobiernos más populares de la región? Los más autoritarios. ¿Eso es lo que queremos en Costa Rica?", indicó.

Tras atender a la prensa el presidente se retiró del sitio y también los oficiales de Fuerza Pública, por lo que los insultos regresaron durante la atención a las consultas por parte del ministerio del MOPT, quien dijo que los gritos de los conductores eran resultado del "costo político" que le tocaba asumir tras el caso Cochinilla.