El ministro de Hacienda, Elian Villegas, asegura que el país tiene suficientes fuentes de financiamiento para cerrar el año
09/11/20 | 13:24pm
El Gobierno pondrá como una de sus prioridades el conocimiento y la aprobación de tres créditos de apoyo presupuestario durante las próximas sesiones extraordinarias de diciembre, en las que tendrá control sobre la agenda legislativa que tramitarán los diputados en el Congreso.
El objetivo es evitar tener que llenar todas las obligaciones estatales de este y el próximo 2021 con 'deuda más cara' en el mercado interno, en donde se cobran tasas de interés mucho más altas y se ofrecen plazos de pago más estrechos.
Los créditos ya se presentaron en el Congreso desde hace varias semanas y se tratan de un financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para sostenibilidad macroeconómica por $250 millones (¢155.000 millones) y dos créditos, por $300 millones (¢185.000 millones) cada uno, con el Banco Mundial y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
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La priorización que se hará de los créditos fue confirmada a AmeliaRueda.com por el propio ministro de Hacienda, Elian Villegas; quien comentó que el país cuenta con las fuentes necesarias de recursos para finalizar este año, pero que la pronta aprobación de los créditos es importante para reducir presiones por el pago de intereses en el corto plazo.
El Ministerio de Hacienda contabilizaba necesidades de endeudamiento por el 14,2% del PIB para este año; es decir, necesitaba unos ¢4.9 billones para sostener las operaciones deficitarias del Estado (55,6%) y para el pago de deuda pública (44,4%).
De esos ¢4.9 billones, la cartera indicó que ya había ejecutado unos ¢4 billones hasta octubre, por lo que restaría acceder a unos ¢900.000 millones entre noviembre y diciembre.
Según Villegas, el Gobierno no tendría problemas para acceder a esos recursos en el mercado interno e incluso cuenta con aprobación presupuestaria para ello; sin embargo, sería más conveniente financiarlos, al menos en una parte, con créditos externos que ofrecen condiciones mucho más blandas y dan confianza al mercado.
Asimismo, el jerarca puntualizó que los recursos serían de muchísima ayuda, no solo para este año, sino también para el siguiente, en el que las necesidades de recursos del Estado se proyectan por encima del 15% de la producción (¢5,4 billones).
En una reciente conferencia de prensa, el presidente del Banco Central (BCCR), Rodrigo Cubero, explicó que para el país es esencial la aprobación de los créditos internacionales para mantener la estabilidad macroeconómica del país (tipo de cambio, tasas de interés, inflación, etc.). Así lo dijo en el marco de la última actualización de su Informe de Política Monetaria, con fecha hasta octubre.
Cubero subrayó que la aprobación de los empréstitos de apoyo presupuestarios es "absolutamente fundamental" para perseguir distintos objetivos, entre ellos mantener proyecciones de déficit fiscal más bajas, y dar tranquilidad a los mercados y al mercado cambiario.
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"Sin esos recursos, el Gobierno evidentemente tendría que salir a financiarse en el mercado doméstico, donde las tasas de interés son mucho más altas y eso obligaría a generar un gasto por intereses mayor al que se está proyectando. Eso haría el impacto fiscal más fuerte".
"Por esa vía, reduciría también las presiones que en este momento ya no afectan solo a los mercados de financiamiento sino a todos los costarricenses, vía aumento en el tipo de cambio y en las tasas de interés que podrían ocurrir si se presenta una presión continua sobre los rendimientos de los títulos del Gobierno, que es parte de lo que estamos viendo en este momento incrementarse", puntualizó.
El presidente del emisor también recordó que presionar al mercado interno implica consecuencias negativas en el bolsillo de los costarricenses, vía inflación, una vez que se concretan distorsiones en el tipo de cambio o en las tasas de interés.
"La aprobación legislativa de estos empréstitos es fundamental para reducir el déficit fiscal para asegurar la estabilidad financiera, mejorar el bienestar de los costarricenses y lograr un tránsito más estable y seguro hacia la consolidación fiscal que el país necesita introducir con fuerza en 2021", puntualizó.
De los ¢900.000 millones que el Gobierno requiere para cerrar el año, el Ministerio de Hacienda informó desde de 30 de octubre pasado que ya cuenta con los $223.6 millones (¢138.000 millones) que necesitaba para pagar un título de deuda externa cuyo vencimiento representaba una de las cargas más fuertes para finales de este año. Asimismo, el ministro Villegas explicó que el Ejecutivo tiene que realizar desembolsos importantes en materia de planillas y aguinaldo, rubros que implicarían tres erogaciones por unos ¢200.000 millones.
Los créditos con entidades multilaterales ofrecen condiciones crediticias mucho mejores a las que se encuentran en el mercado local. Por ejemplo, el crédito con el Banco Mundial implicaría pagar intereses por una tasa líbor a seis meses más un margen fijo que, a septiembre de este año, implicaba un 2,21% anual. Por otro lado, las tasas que encuentra el Estado en entidades nacionales son hasta tres o cuatro veces mayores.
Para reducir las necesidades de financiamiento estatales, el país debe superar un problema estructural: gastar más de lo que recauda. Es decir, necesita mejorar su recaudación y reducir sus erogaciones.
El Ministerio de Hacienda estima que el país cerrará este año con un déficit financiero del 9,3% del PIB, del cual 4 puntos porcentuales corresponden a la diferencia entre gastos e ingresos para la operación regular del Estado y otros 5,3 puntos al pago de intereses de la deuda pública acumulada por el país para financiar ese déficit (que ya alcanzará el 70% de la producción este 2020).
Este desajuste se agravó con la pandemia del nuevo coronavirus; sin embargo, ya existía (aunque en menores proporciones), y ya pone en peligro la sostenibilidad de las finanzas públicas nacionales.
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El desajuste fiscal y la incapacidad de Costa Rica para resolverlo hasta este momento ya provocan desconfianza en los mercados internacionales, cuyas calificaciones de riesgo crediticio ya están a solo un peldaño de caer a las más bajas posibles.
Es decir, cada vez existe más duda sobre la sostenibilidad del Gobierno costarricense y su eventual capacidad de repagar la deuda que adquiere.
Este escenario se agrava, según han reiterado organismos internacionales y calificadoras de riesgo, porque la Hacienda pública costarricense se encuentra "amarrada" a conseguir recursos mayoritariamente en el mercado interno (bancos y fondos locales nacionales), pues si quiere acudir a bonos en el extranjero (un mercado más competente) requiere engorrosos trámites legislativos.
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