Informe médico-legal sí concluye que se trató de un homicidio
30/07/21 | 12:22pm
La ausencia del cráneo, una parte de la columna así como de vísceras impidió determinar la causa de muerte de Allison Bonilla Vásquez.
De esa manera lo dio a conocer la mañana de este viernes la médica forense Laura Quirós Abarca, al rendir declaración en su condición de perito en el juicio que se sigue contra Nelson Enrique Sánchez Ureña en el Tribunal Penal de Cartago por el asesinato de la joven.
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Eso sí, tal y como lo señaló en su informe, concluyó que se trató de un homicidio.
"Debido a que el cadáver estaba incompleto, y faltan estructuras óseas vitales e indispensables, como cabeza y columna cervical, es que no se logra establecer una causa de muerte. No solo por la ausencia de las estructuras que más son lesionadas en este tipo de traumas de aceleración y desaceleración, no solo por eso, sino porque también porque donde sí tengo trauma no tengo vísceras, por ejemplo, para ver si alguna de esas fracturas laceraron un pulmón, para poner uno de esos ejemplos, no tengo vísceras como para decir que muere de ese trauma.
"Y es por esas dos circunstancias o esas dos alteraciones que no es posible determinar una causa de muerte desde el punto de vista médico-legal. Sin embargo, tomando en cuenta todas las circunstancias en que fueron encontrados estos restos óseos, sumada toda la investigación policial, se logra determinar la manera de muerte como homicida desde el puntos de vista médico-legal", destacó la funcionaria.
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La doctora explicó que las fracturas identificadas en las vértebras (toráxicas 6, 7 y 9) y cinco costillas de la mujer (1, 2, 7 y 8 del costado derecho así como la 7 del izquierdo), pueden provocar gran dolor e inmovilización, y coincidió con la antropóloga Georgina Pacheco Revilla en que las lesiones ocurrieron "perimortem" (o sea, poco antes o después de la muerte) y que estas son compatibles con una "precipitación o caída de altura" de al menos 5 metros.
Ante una consulta de la jueza Jenny Almendaris Solís, Quirós Abarca descartó que una persona pueda sobrevivir a una caída de 85 metros, como la que se cree vivió Bonilla Vásquez al ser aparentemente lanzada desde el margen de la calle por su homicida, la noche del 4 de marzo de 2020.
"No", respondió la doctora. "El mecanismo de aceleración y desaceleración... esa energía es tanta que produce, valga redundancia, la principal causa de muerte o trauma a nivel de cabeza y cuello", agregó.
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La médica forense especificó que la identificación de los restos se logró mediante la genética, sumado al perfil biológico realizado por Pacheco Revilla.
Asimismo, contó que al cuerpo se le efectuaron revisiones de radiología forense a fin de determinar si en los huesos existía rastro alguno de un impacto por arma de fuego o factores que favorecieran al reconocimiento de la víctima. Las dos servidoras negaron que la ofendida presentara lesiones en sus huesos previo a la noche de su desaparición, el 4 de marzo de 2020.
Allison Bonilla Vásquez desapareció la noche del 4 de marzo de 2020, mientras caminaba de vuelta a su hogar en Ujarrás de Paraíso de Cartago. Ese día regresó antes del colegio nocturno de Cachí porque las clases se cancelaron.
Como era usual, viajó en bus y al llegar a la parada más cercana a casa se bajó para emprender a pie un recorrido de 1,2 kilómetros en el que se topaba a su madre, Yendry Vásquez Cordero. Sin embargo, en esta ocasión la joven que entonces tenía 18 años no apareció.
La pesquisa realizada por la Delegación del Organismo de Investigación Judicial de Cartago -iniciada un día después, a partir de la denuncia hecha por la mamá de la víctima- apunta a que en el camino, Bonilla Vásquez fue interceptada presuntamente por un vecino suyo llamado Nelson Sánchez Ureña.
El 5 de marzo de 2020 la Policía Judicial encontró en una explanada a 300 metros del clausurado paradero turístico Charrara unos anteojos que pertenecían a la víctima. Desde ese momento, se estableció un sitio de trabajo que implicó una inspección profunda de la zona, con lo que fue posible ubicar un rastro de sangre que se extendía por 140 metros, hasta una finca situada en la vera del camino que recorría Bonilla Vásquez. La misma concordaba con el ADN de la familia de la joven.
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Fue entonces cuando el Organismo empezó a realizar entrevistas, perfiles y análisis de datos -incluida información confidencial- que lo llevaron a acercarse a la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos para pedir un allanamiento en una vivienda, el cual se concretó la tarde del 29 de marzo. En la casa habitaba Sánchez Ureña, a quien en ese momento le fue incautado su vehículo.
Para aquella oportunidad, el Ministerio Público se limitó a indicar que el sujeto era sospechoso pero que en las diligencias no se encontraron indicios o evidencias importantes para la causa 20-000825-0058-PE.
Ocho días más tarde un peatón encontró la cédula de Bonilla Vásquez en un cafetal de Ujarrás de Paraíso.
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El 1° de julio de 2020, el abogado Rodrigo Araya Solano ofreció una conferencia de prensa en la que afirmó que ya sabía quién había tomado a la joven. Incluso, en esa oportunidad aseveró que otras dos personas le ayudaron a la primera a perpetrar el crimen.
No obstante lo anterior fue hasta el 2 de setiembre de 2020 que la Policía Judicial y el Ministerio Público procedieron a realizar la captura de Sánchez Ureña.
El director general del Organismo, Wálter Espinoza Espinoza, explicó un día más tarde que el sospechoso era objeto de vigilancia y monitoreo toda vez que se estimaba que este podía regresar a algún sitio que permitiera dar con el paradero de la mujer; situación que no ocurrió. En esa oportunidad, el jefe policial también reveló que en el vehículo incautado se encontró sangre coincidente con el rastro que llevaba a la finca.
Sin embargo, se determinó que el sospechoso tenía previsto cambiar de domicilio, por lo que se procedió a su captura.
Una vez detenido el sujeto este confesó haber interceptado, violado y asesinado a la mujer cuando rindió declaración indagatoria, según lo dio a conocer Araya Solano el 4 de setiembre de 2020. Pero en un segundo momento procesal, 24 días más tarde, retiró lo dicho y alegó entonces que su versión inicial se dio en medio de presiones por parte de servidores judiciales.
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A raíz de un reporte la Policía Judicial inició la búsqueda del cuerpo de Bonilla Vásquez en un botadero de basura clandestino en San Jerónimo de Cachí de Paraíso el 3 de setiembre de 2020, pero fue hasta 25 días después que se lograron ubicar huesos humanos y prendas que el 5 de octubre de 2020 se confirmó pertenecían a la joven.
El 10 de octubre de 2020, la madre de la joven llevó una cruz y arreglos florales hasta el lugar en el que se encontrar los restos óseos para despedir a Bonilla Vásquez. El funeral de la mujer se llevó a cabo 15 días más tarde.
Nota del redactor: Esta publicación fue ampliada a las 3:00 p.m. del 30 de julio de 2021.
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