El confinamiento libera la belleza escondida de San José

El debate es viejo y la discusión larga: ¿es el centro de San José bonito?

Sí, dirán pocos casi sin dudarlo. Otros -la mayoría quizás- enumerarán sus razones para insistir en la fealdad de la capital costarricense.

"Que las calles parecen parqueos", "que las aceras son demasiado angostas", "que los tiliches bloquean las vitrinas", "que el humo", "que el sonido de las bocinas"...

Y es que es imposible no detenerse en esos detalles cuando uno se adentra en el corazón josefino. Bueno, era imposible.

El confinamiento absoluto de estos días ha liberado la belleza escondida de San José. Ha liberado a esta ciudad -como a muchas otras del mundo- de "males (in)necesarios" que entierran su belleza debajo de un caos asfixiante.

"Con lo caótico que es San José, se ve lindo vacío", dice la productora audiovisual, Connie Lafuente, quien tiene 20 años de experiencia laboral.

Para no dejar de ejercitarse, Lafuente sale a correr diariamente. Este Viernes Santo tomó un ruta que normalmente no recorre.

Lo que se encontró a lo largo del camino, la obligó a detenerse varias veces.

"Me pareció asombroso ver todo vacío", dice.

La ausencia de gente pero sobre todo de automóviles", apuntó, "permite apreciar mucho más la arquitectura".

Tomó las fotografías a las 11 a.m. y sin mayor temor: "uno se siente más seguro porque lo único que ven son policías".

¿Pero no le preocupa la enfermedad, el coronavirus? "Hay más gente en el Automercado que en la calle", responde al instante, para explicar que mantiene el distanciamiento social durante su rutina.

Eso sí, lo que más triste ha sido ver "a los indigentes, en momentos cuando se supone que todo el mundo tiene que estar en una casa".

Después de ejercitarse, ella regresa a su casa para mantener el aislamiento que han ordenando las autoridades sanitarias del país, quienes también han aclarado que es seguro salir a correr mientras no sea en grupo.

Le pregunto si descubrió algún espacio o edificio en la ciudad que la impresionara particularmente. "No", me responde, "como mucho de mi trabajo es buscar locaciones, no encontré ningún lugar nuevo, pero esto sí ayuda a dimensionar lo que tiene la ciudad".

Este sábado, Connie volverá a salir a correr. "Seguro tome más fotos", dice.

Con su teléfono iPhone, esta mujer retratará una capital que sigue siendo la misma, pero luce como otra.