Desde abanicos hasta drones: sequía revela basura en el lago La Sabana

La sequía que atraviesa el lago del parque metropolitano La Sabana, además de mostrar la tierra resquebrajada y el lodo, dejó en evidencia que el lugar es un verdadero basurero.

Aprovechando que los niveles de agua bajaron, el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder) se dedicó la semana pasada a recoger los desechos del sitio, y ahí encontró hasta lo impensable.

Dos cobijas, dos drones (a pesar de que es prohibido utilizarlos en el parque), un abanico, un taladro y una arrocera fueron parte de los artículos recogidos durante las sesiones de limpieza, confirmó la institución.

Además de eso, se sacaron del lugar 30 bolsas de basura con un peso aproximado de 35 kilogramos cada una, lo que representa más de mil kilos. En esas bolsas iban platos y vasos plásticos, ollas y más.

"La labor fue realizada por funcionarios de RomaGro S.A., empresa contratada por Icoder para el mantenimiento de las zonas verdes del parque metropolitano La Sabana", explicó la institución mediante la oficina de prensa.

La sequía de la laguna de La Sabana, al igual que otros dos del Parque La Paz, se debe a la falta de lluvias que atraviesa el país, sumado a las altas temperaturas.

"Lo que estamos viendo en el parque La Sabana y el parque La Paz, donde los niveles de los lagos han descendido drásticamente, es el reflejo de la realidad que enfrentamos como país. No podemos ocultar que ahora tenemos otras condiciones a las que existían hace muchos años cuando se diseñaron esos lagos y nos hablaban de que el agua era un recurso inagotable", había comentado el ministro del Deportes, Hernán Solano, días atrás.

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Debido al poco nivel de agua del lugar, el Icoder tuvo a finales de marzo que trasladar los patos que se encontraban en el lago La Sabana al único lago de la Paz, ubicado en el costado sur, que cuenta con su propio pozo de abastecimiento.

Tanto el de La Sabana como dos de los tres de la La Paz son artificiales, es decir, no tienen nacientes propias e históricamente las lluvias se han encargado de mantenerlos en niveles razonables.