Costa Rica cayó 22 puestos en índice de desempeño ambiental de Yale entre 2018 y 2020

Debido al deficiente manejo de aguas residuales y pesquerías, Costa Rica descendió 22 puestos en el Índice de Desempeño Ambiental de la Universidad de Yale en los últimos dos años.

Este “ranking” evalúa diez componentes ambientales entre ellos el manejo de la biodiversidad, del agua, agro, emisiones y manejo de desechos— y otorga a cada país una nota del 1 al 100.

Actualmente, Costa Rica se encuentra en el puesto 52 de los 180 países evaluados por este indicador. En su calificación, el país obtuvo 52,5 puntos de 100.

Según esta evaluación, el país destaca en su manejo de biodiversidad en áreas protegidas y en el acceso a agua potable, pero tiene debilidades en el manejo de aguas residuales y pesquerías.

Hace seis años, en 2014, el país se colocó en el puesto 54, con una nota de 58,5. Para el 2018, Costa Rica logró ascender hasta el puesto 30 y fue el mejor calificado de América Latina, con una nota de 61.

En los últimos dos años, sin embargo, su desempeño empeoró y su nota cayó nueve puntos del índice hasta un 52. De los diez componentes evaluados, el país empeoró en siete de ellos.

Las caídas más dramáticas en el desempeño ambiental fueron en los sectores de pesquerías y de aguas residuales. Mientras en 2018 ambos superaron los 60 puntos, en 2020 tuvieron 10,8 y 9,7 puntos respectivamente.

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Durante estos mismos años, la Asamblea Legislativa aprobó un proyecto de ley para revivir la pesca de arrastre en Costa Rica, el cual fue posteriormente vetado por el Poder Ejecutivo debido a su falta de estudios científicos.

También, la Universidad de Costa Rica (UCR) detectó residuos de plaguicidas en fuentes de agua de la zona norte, ligados a la actividad piñera. Además, reveló que el 70% de las aguas residuales del país no son tratadas.

“El Índice pretende orientar a los países en la formulación de políticas, y ayudarlos a salir del rezago existente en la protección del medio ambiente”, señala el Observatorio para el Desarrollo de la UCR.

Los diez componentes analizados son biodiversidad y hábitat, pesquerías, aguas residuales, acceso a agua y saneamiento, emisiones de gases de efecto invernadero, emisiones de partículas contaminantes del aire, uso de metales pesados, bosques, manejo de desechos y agricultura.

El Observatorio para el Desarrollo añadió que algunos componentes importantes se dejan por fuera debido a la falta de datos. Algunos de estos son, por ejemplo, seguridad nuclear, pérdida de humedales, calidad del suelo para agricultura, tasas de reciclaje y adaptación al cambio climático.