Dueño de Grupo Orosi asegura que Mélida Solís le ofreció ¢500 millones para que no apelara contrato

La dueña de H. Solís, Mélida Solís, ofreció al dueño del Grupo Orosi, Eladio Araya, un pago de ¢500 millones para que dejara de apelar un proceso de contratación que la beneficiaba.

Además, el gerente de H. Solís y esposo de Mélida Solís, Roberto Acosta, le indicó a Araya que "ellos manejaban todo a lo interno del Conavi". Todo esto ocurrió en el año 2016 cuando se realizaban procesos de nuevas contrataciones de conservación vial que, finalmente, se repartieron MECO y H. Solís.

Así lo detalló el dueño de Grupo Orosi la mañana de este jueves durante su comparecencia ante la comisión legislativa que investiga el caso Cochinilla y la presunta corrupción en la contratación de obras públicas.

Araya detalló cómo las dos empresas constructoras involucradas en el expediente judicial se han venido repartiendo los principales contratos y quebrando a las pequeñas empresas que intentan ingresar al mercado.

Todo lo dicho por Araya forma parte de múltiples denuncias que el empresario ha presentado en los últimos años ante el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), Contraloría General de la República (CGR), Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), Cámara de la Construcción, entre otras y que, según indicó Araya "no llegaron a nada".

El único lugar donde sus denuncias tuvieron eco fue en el Organismo de Investigación (OIJ) donde él presentó una denuncia en el 2017, la cual generó el inicio del caso Cochinilla.

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Sobornos

Los sobornos eran "vox populi" aseguró Araya, quien acuso a los empresarios detenidos (Mélida Solís y Carlos Cerdas) de entregar todo tipo de dádivas a los funcionarios públicos del Conavi: licor, viajes, dinero, almuerzos, desayunos, entre otros.

Incluso, no tenían reparo en aceptar en reuniones que ellos "manejaban" el Conavi y a sus funcionarios.

El empresario detalló uno de los momentos de mayor tensión que tuvo con sus homólogos. Esto se dio en octubre del 2016 cuando se hicieron nuevos contratos de conservación vial los cuales se querían repartir (y así ocurrió) MECO y H. Solís.

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Araya recuerda que él participó para obtener el contrato de mantenimiento que correspondía a Cartago y que un día antes de que se recibieran ofertas el gerente de H. Solís le pidió reunirse y de manera presencial le solicitó no participar del proceso y dejarles a ellos ese contrato a cambio de que ellos le compraran materiales para las obras.

En su explicación, el gerente de H. Solís le indicó que ellos querían todos los contratos y que nivel interno de Conavi lo iban a lograr.

El dueño de Grupo Orosi no accedió a la petición y participó en el proceso, el cual se le adjudicó a H. Solís, decisión que Araya apeló ante la CGR y por esa razón la dueña de H. Solís le pidió, semanas después, reunirse en las oficinas de MECO, en presencia de Carlos Cerdas. En esa reunión se le hizo el ofrecimiento de ¢500 millones para que dejara de apelar la adjudicación, la empresaria le dijo que lo hiciera "por el bien de Costa Rica" y además le indicaron que si dejaba de apelar le garantizaban que luego iba a obtener otros proyectos viales que venían en camino.

Araya cuenta que él les consultó a los empresarios cómo le garantizaban que iba a tener otros contratos y Solís le respondió: "usted sabe que nosotros manejamos muy eficientemente todo adentro (del Conavi)". También le indicaron que si seguía apelando "le iban a tirar toda la maquinaria del Conavi".

Pese a esta reunión, Grupo Orosi presentó más apelaciones y luego de un largo proceso la contratación terminó quedando en firme a favor de H. Solís gracias a diferentes "practicas indebidas" que realizaron los funcionarios del Conavi para favorecer a dicha empresa (H. Solís).

El empresario dijo que es imposible que el ministro del MOPT, Rodolfo Méndez Mata, no tuviera conocimiento de todo lo que pasaba en el Conavi y el funcionamiento de la red de corrupción, aseguró que incluso el jerarca llamaba "el clan" a las empresas MECO y H. Solís.

Tras iniciar todos sus procesos de denuncias y reclamos por las adjudicaciones, el Grupo Orosi fue parte de una serie de ataques y persecución, así lo asegura su dueño, incluso, uno de los procesos abiertos concluyó con la inhabilitación de la empresa por 10 años, sanción que luego se levantó por disposición del Tribunal Contencioso Administrativo.

Para Araya, “el Conavi era el banco” de MECO y H. Solís y aseguró que el exgerente financiero de la entidad, Carlos Solís, también involucrado en el caso Cochinilla se encargaba de tener flujo de caja para hacer los depósitos mensuales a estas empresas.

Agregó que todos los involucrados en el gremio tienen conocimiento de que las grandes manejan “a su beneficio” a las empresas supervisoras y de verificación de calidad y que para esto tienen contactos internos en el Conavi.