Cierre de parques nacionales por Covid-19 deja déficit de $5 millones, cambios en la fauna y delito

Muchas cosas han cambiado desde el cierre de los parques hace casi dos meses (20 de marzo), pero una de las más graves es que el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) estima un déficit presupuestario de al menos $5 millones (₡2.800 millones) para el próximo año.

El ministerio de Ambiente anunció que, a partir del 16 de mayo, 12 Áreas Silvestres Protegidas retomarán la visitación al 50%. No obstante, en su "nueva normalidad" el gobierno deberá lidiar con una fauna acostumbrada a no ver gente, déficit presupuestario y crecientes delitos ambientales.

“Sin duda vamos a tener un hueco (presupuestario) muy muy serio, aunado a los diferentes recortes que han hecho solidariamente las diferentes instituciones del estado (al bono proteger). Eso significa que hemos creado un problema muy serio”, señaló el ministro.

Según dijo Rodríguez, el déficit presupuestario para el próximo año sería de entre $5 y $8 millones. Inicialmente, autoridades del Sinac estimaron que, por cada mes cerrado, la institución perdería alrededor de ₡2.000 millones.

A pesar de la crisis del Covid-19, la visitación de los parques nacionales se venía manteniendo normal durante los primeros meses del año e incluso días antes del decreto de emergencia, según dijo la directora ejecutiva del Sinac, Grettel Vega, en marzo.

Delitos ambientales

Pero además, las áreas silvestres protegidas comienzan a sentir cada vez más presiones, como caza ilegal, minería ilegal y deforestación. Esto porque, según explicó, estas áreas solían estar en conflicto con comunidades rurales, pero el turismo apaciguó la situación. Ahora, sin visitantes, los conflictos vuelven.

“Muchas comunidades rurales vecinas de los parques nacionales la están pasando muy difícil y eso ha aumentado la dimensión de los delitos ambientales”, dijo el ministro de Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez.

Algo similar advirtió un grupo de biólogos a Ameliarueda.com el pasado 21 de abril, ya que señalaron que ante la falta de empleos por turismo y la falta de visitación, las áreas silvestres protegidas quedarían desprotegidas ante actividades ilegales.

"Ya hemos tenido reportes de matanzas de manadas de chanchos de monte. (...) Estamos sumamente preocupados por la situación social. La gente ha perdido sus ingresos por la caída del turismo”, dijo Marco Hidalgo, biólogo de Osa Conservación, a Ameliarueda.com.

Ahora, el gobierno intentará retomar la actividad turística, permitiendo la apertura al 50% de los parques nacionales Rincón de la Vieja, Volcán Arenal, Carara, Volcán Poás, Braulio Carrillo, Guayabo, Irazú, Cahuita, Tapantí, Los Quetzales, Manuel Antonio y Corcovado. Además, también abrirá la Reserva Biológica Monteverde.

Además, permitirá el funcionamiento de hoteles con menos de 20 habitaciones a un 50% (10 habitaciones). Esto serviría para retomar la actividad en zonas que, durante un mes, no han recibido ingresos del todo.

La fauna cambió

Pero dos meses después, la fauna también ha cambiado su comportamiento, ante la baja visitación de turistas. El parque nacional Manuel Antonio, por ejemplo ve menos monos bajando a la playa, ante la falta de alimentación de turistas.

“¿Qué pasa con esos animales ahorita? Se desaparecieron de la playa. ¿Dónde están? En el bosque, donde está su comida, porque no necesitan de las personas, es más fácil para ellos cuando hay humanos ir y robarles la comida”, dijo en un comunicado la investigadora Laura Porras, del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (Icomvis-UNA).

En el sector Pailas, del parque nacional Rincón de la Vieja, por otro lado, el guardaparques, Alexander García, asegura que la fauna también se ha ido acostumbrando a la falta de visitas.

“Los animales son muy susceptibles al ruido de los seres humanos. Entonces ahora andan con mayor tranquilidad. Hay más tropas de monos tranquilos. Uno se los encuentra dormidos y todo”, señaló García el pasado 19 de marzo.