Almidón de yuca y fécula de maíz sustituyen a materiales químicos para fabricar los empaques
Benjamín Blanco Manley
22/05/21 | 11:56am
Una empresa costarricense fabrica bolsas que se degradan fácilmente en el agua y, en caso de que lleguen al mar, los peces pueden alimentarse de estas sin problema. Lo anterior es gracias al almidón de yuca y los aceites vegetales de los cuales fabrican el producto. Y no solo esto, también se puede utilizar como abono para las plantas.
La compañía detrás de este proyecto es HidroBag, cuya misión es contribuir con la conservación y el fortalecimiento del medioambiente.
“Si usted va a supermercado y utiliza una bolsa, lo que hace es que se la pone a la planta y esta misma se convierta en abono sin ningún problema”, comentó Óscar Chaves, encargado del departamento de ventas.
Hidrobag comenzó a operar en Desamparados en el año 2020. Se trata de las pocas empresas en todo el continente que fabrican un producto del todo natural sin ningún químico adherido.
De acuerdo a Chaves, este proyecto costarricense ha sido bien recibido en el extranjero, pues la empresa ha realizado exportaciones a países como México, Estados Unidos e Inglaterra. Dentro del territorio nacional, la compañía vende en volúmenes altos.
“Hicimos un estudio de toxicidad, donde los resultados arrojaron que los productos no tienen residuos tóxicos (…) una de la problemática que hay en el mercado es que las fábricas de plástico venden bolsas compostables, las cuales son mitad químico y mitad orgánico. Entonces un producto no tiene que ser 100% compostable para que usted diga que lo es” concluyó Chaves.
En el océano se vierten 250 toneladas de basura cada hora, además se estiman alrededor de 3.000 sustancias químicas en el plástico, al menos 60 caracterizados como alto riesgo para la salud, indica Hidrobag, basándose en los datos de la Organización de las Naciones Unidas.
La empresa explicó que el problema del plástico se centra en que solo el 15% se queda en la superficie, mientras que un 70% permanece en el fondo marino. Sus productos hechos por materiales orgánicos, pueden ser ingeridos por la fauna marina y no generar contaminación en los océanos.
Una serie de estudios realizados por la Universidad de Victoria en Estados Unidos detalló que el consumo anual de microplásticos en humanos ronda de los 39.000 a los 52.000.
En el país, un estudio pionero de la Universidad de Costa Rica detalla que se encontró un promedio de 29 fibras y ocho partículas de microplástico en el tracto digestivo en pescados procedentes del Pacifico Central.
Lea: Estudio pionero encuentra residuos de plástico en peces del Pacífico costarricense
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