Dormir poco puede disparar sensación de apetito y hacerlo comer más​

Un buen reposo favorece el funcionamiento del metabolismo, explica experta

11/01/17 | 12:26pm

Trasnocharse puede hacerle caer en la tentación de picar helados, galletas o snacks durante el día, lo cual puede no solo impactar su figura, sino también su salud.

La médico de familia experta en trastornos de sueño, Liliana Estrada, explicó que se ha visto que la persona que tiene problemas crónicos para dormir puede llegar a consumir hasta 350 calorías más diarias, lo cual en un año, se traduciría en un aumento de 14 kilos. Por ello reposar mínimo de 7 a 8 horas diarias es uno de los eslabones claves para regular nuestro vínculo con la balanza.

Asimismo, la experta indicó que el desequilibrio entre estos factores -peso y sueño- puede obedecer a diversos factores, desde genéticos hasta hormonales, e inclusive otros que aún la ciencia desconoce.

En alusión a este punto, el médico internista especializado en metabolismo, Max Brenes, agregó que el estrés es uno de los elementos que más obstaculiza un buen reposo. Por lo tanto, al no poder dormir, la persona busca la comida para saciar la ansiedad.

Ante falta de sueño, según el médico, el nivel de cortisol -hormona liberada como respuesta a la ansiedad- sube, provocando varios efectos en el organismo.

Por ejemplo, se da un gasto mayor de proteínas, un incremento en la producción de grasa, y como si fuera poco, se estimula la secreción de las células que guardan dicha grasa, concentrándose generalmente a nivel abdominal.

"Este fenómeno es muy peligroso porque promueve la obesidad, la diabetes y los problemas cardíacos", afirmó el doctor Brenes.

Con este panorama, la recomendación es clara: cuando sienta que está durmiendo mal, por la razón que sea, diríjase a un especialista; puede tratarse de un simple cambio de hábitos en casa o, en el peor de los escenarios, de un trastorno de sueño.

Otros factores que pueden disparar el apetito

Comer por impulso puede ser la causa de otros padecimientos subyacentes o el síntoma de alerta de que el paciente requiere consejo médico.

Una relación desequilibrada con la comida puede tener un origen depresivo, ciertas personas son propensas a esconder o canalizar sus preocupaciones o tristezas comiendo en exceso.

Otro factor puede darse a nivel más fisiológico con cambios hormonales, niveles descontrolados de cortisol o insulina también puede generar problemas con la comida.

"Un exceso en la producción de insulina promueve ciertos cambios a nivel cerebral que lo llevan a uno a buscar de forma compulsiva a la comida", precisó el especialista en metabolismo.

En el caso de los hombres, la falta de testosterona -hormonal sexual masculina- también puede afectar la relación con los alimentos; mientras que en el caso de las mujeres, cuando se atraviesa la menopausia.

Recuerde no dejar que pase mucho tiempo para visitar a un médico, ya que podría tener implicaciones serias a nivel de su salud.

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