Un estudio analizó 3.200 plantas de tratamiento de aguas residuales de la GAM e identificó problemas de control.
01/12/20 | 09:49am
De 3.200 plantas de tratamiento de aguas residuales en el Gran Área Metropolitana (GAM), apenas mil operan correctamente. El resto evidencia problemas de diversos tipos, señala un reciente estudio.
Algunas, por ejemplo, no se localizan en los lugares donde están registradas ante el Ministerio de Salud y el Ministerio de Ambiente. En otros casos, simplemente se construyó un tanque séptico, sin el equipo adecuado para el saneamiento.
En general, esto evidencia la falta de controles sobre estas plantas, señala un estudio de la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) publicado en el informe Estado de la Nación 2020.
“Aunque el Estado cuenta con las herramientas, es débil al auditar y regular el funcionamiento de este tipo de tecnología, la más extendida en el territorio nacional”, señala el informe.
La meta actual del Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Salud y el Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA) es llegar a cero aguas residuales sin tratamiento para el año 2045.
Debido a esto, la cantidad de plantas de tratamiento ha aumentado en los últimos años, pero la falta de control sobre lo que sucede en ellas limita su efectividad, señala el informe. La investigación analizó 3.200 plantas de la GAM durante el año 2019.
“(El resultado) evidencia el rezago en el cumplimiento de la meta de lograr el manejo seguro del total de aguas residuales en el 2045”, señala la publicación.
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A nivel nacional, el tratamiento de aguas residuales es una de las mayores deudas ambientales de Costa Rica, según una evaluación realizada en cada país por la Universidad de Yale (Estados Unidos).
Actualmente, sólo un 14% de la población tiene acceso a saneamiento de aguas residuales. Por el contrario, la gran mayoría (76%) utiliza tanques sépticos, los cuales generan presión sobre los mantos acuíferos.
La principal limitación para ampliar el tratamiento de las aguas es su costo. De hecho, según estimaciones de la Universidad de Costa Rica (UCR), el costo de un sistema de saneamiento es casi cuatro veces mayor que el de acueductos.
Para construirlas, el AyA ha tenido que recurrir a financiamiento del estado, ya que incluirlas en el cobro mensual del agua resultaría en tarifas de hasta ¢80 mil, según estimados de la institución.
Como resultado, un 70% de las aguas residuales generadas en Costa Rica no reciben ningún tipo de tratamiento.
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