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Juicio de Allison Bonilla.

35 años de prisión para sospechoso de asesinar a Allison Bonilla, pide Fiscalía

​Se trata de la pena máxima prevista para el delito de homicidio

16/08/21 | 10:04am

Treinta y cinco años de prisión solicitó este lunes la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos para Nelson Sánchez Ureña, un vecino de Ujarrás de Paraíso, en Cartago, sospechoso de matar a Allison Bonilla Vásquez.

Ese monto es la pena máxima prevista para el delito de homicidio calificado, de acuerdo con el artículo 112 del Código Penal. También es el castigo más elevado que contiene esa norma.

La fiscala Paula Aragón Gómez aseguró en sus conclusiones que existen dos elementos que convierten el asesinato en uno de tipo calificado.

El primero tiene que ver con la alevosía y el ensañamiento -que a su criterio- se cometió el crimen, toda vez que Sánchez Ureña en apariencia actuó "sobreseguro", al aprovecharse de la soledad del lugar y de su físico sobre el de su víctima. El segundo se relaciona con el ocultamiento del cuerpo (al lanzarlo a un botadero clandestino en Cachí de Paraíso) con el fin de garantizar su impunidad.

A ello, la funcionaria sumó que el acusado no ha mostrado arrepentimiento por los hechos que se le atribuyen, así como el dolor que estos ocasionaron a la familia de la víctima, representada en el público por Yendry y Xiomara Vásquez Cordero, madre y tía de la joven, respectivamente.

"Vemos como el hecho de que el imputado haya lanzado al botadero el cuerpo de Allison nos da a ver el poco respeto que tiene él por la integridad física de las personas o por la vida de las personas. Él botó a Allison como un desecho, como si fuera basura. Y no le importó", declaró la servidora judicial.

Según Aragón Gómez, la prueba recabada en la pesquisa del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), así como la ventilada en el debate, permiten determinar con certeza que Sánchez Ureña es el responsable del homicidio.

La misma incluye, por ejemplo, un testigo ocular que ubica al sospechoso junto a Bonilla Vásquez antes de su desaparición, cámaras de vigilancia que ponen el carro del sujeto cerca de donde se vio por última vez con vida a la mujer, así como del sitio en el que aparecieron sus restos; además de rastros de sangre de la joven en la cajuela y asiento del copiloto del auto del supuesto agresor.

"Rasgos sociópatas"

Una exposición similar hizo el abogado querellante y actor civil, Rodrigo Araya Solano. Tal y como lo había adelantado, solicitó la pena máxima de 35 años de cárcel contra Nelson Enrique Sánchez Ureña.

"Señores del tribunal, yo voy a hablar, en algo muy muy breve, de criterios de prevención general. Él es una persona que en la calle podría hacerle esto a cualquier otra persona, a cualquier otra muchacha o a una niña, si ya se atrevió a hacerlo una vez.

"Don Nelson sí es un peligro para esta sociedad. Yo con mucho respeto considero que él tiene rasgos sociópatas y lo más importante es que debe pagar todos los hechos que cometió", aseveró el jurista al solicitar el castigo contra el vecino de Ujarrás de Paraíso.

Araya Solano pidió una absolutoria contra el encartado por la aparente violación que le atribuía en su acusación privada, toda vez que esta finalmente no se logró acreditar en el contradictorio. Asimismo, solicitó una indemnización ¢100 millones por concepto de daños físicos, ¢50 millones por daños morales además de las costas procesales.

Incertidumbre y dolor

Allison Bonilla Vásquez desapareció la noche del 4 de marzo de 2020, mientras caminaba de vuelta a su hogar en Ujarrás de Paraíso de Cartago. Ese día regresó antes del colegio nocturno de Cachí porque las clases se cancelaron.

Como era usual, viajó en bus y al llegar a la parada más cercana a casa se bajó para emprender a pie un recorrido de 1,2 kilómetros en el que se topaba a su madre, Yendry Vásquez Cordero. Sin embargo, en esta ocasión la joven que entonces tenía 18 años no apareció. La pesquisa realizada por la Delegación del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Cartago -iniciada un día después, a partir de la denuncia hecha por la mamá de la víctima- apunta a que en el camino, Bonilla Vásquez fue interceptada presuntamente por un vecino suyo llamado Nelson Sánchez Ureña.

El 5 de marzo de 2020 la Policía Judicial encontró en una explanada a 300 metros del clausurado paradero turístico Charrara unos anteojos que pertenecían a la víctima. Desde ese momento, se estableció un sitio de trabajo que implicó una inspección profunda de la zona, con lo que fue posible ubicar un rastro de sangre que se extendía por 140 metros, hasta una finca situada en la vera del camino que recorría Bonilla Vásquez. La misma concordaba con el ADN de la familia de la joven.

Fue entonces cuando el Organismo empezó a realizar entrevistas, perfiles y análisis de datos -incluida información confidencial- que lo llevaron a acercarse a la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos para pedir un allanamiento en una vivienda, el cual se concretó la tarde del 17 de marzo. En la casa habitaba Sánchez Ureña, a quien en ese momento le fue incautado su vehículo. Para aquella oportunidad, el Ministerio Público se limitó a indicar que el sujeto era sospechoso pero que en las diligencias no se encontraron indicios o evidencias importantes para la causa 20-000825-0058-PE.

Ocho días más tarde un peatón encontró la cédula de Bonilla Vásquez en un cafetal de Ujarrás de Paraíso.

El 1° de julio de 2020, el abogado Rodrigo Araya Solano ofreció una conferencia de prensa en la que afirmó que ya sabía quién había tomado a la joven. Incluso, en esa oportunidad aseveró que otras dos personas le ayudaron a la primera a perpetrar el crimen.

No obstante lo anterior, fue hasta el 2 de setiembre de 2020 que la Policía Judicial y el Ministerio Público procedieron a realizar la captura de Sánchez Ureña.

El director general del Organismo, Wálter Espinoza Espinoza, explicó un día más tarde que el sospechoso era objeto de vigilancia y monitoreo toda vez que se estimaba que este podía regresar a algún sitio que permitiera dar con el paradero de la mujer; situación que no ocurrió. En esa oportunidad, el jefe policial también reveló que en el vehículo incautado se encontró sangre coincidente con el rastro que llevaba a la finca.

Sin embargo, se determinó que el sospechoso tenía previsto cambiar de domicilio, por lo que se procedió a su captura.

Una vez detenido el sujeto este confesó haber interceptado, violado y asesinado a la mujer cuando rindió declaración indagatoria, según lo dio a conocer Araya Solano el 4 de setiembre de 2020. Pero en un segundo momento procesal, 24 días más tarde, retiró lo dicho y alegó entonces que su versión inicial se dio en medio de presiones por parte de servidores judiciales.

A raíz de un reporte la Policía Judicial inició la búsqueda del cuerpo de Bonilla Vásquez en un botadero de basura clandestino en San Jerónimo de Cachí de Paraíso el 3 de setiembre de 2020, pero fue hasta 25 días después que se lograron ubicar huesos humanos y prendas que el 5 de octubre de 2020 se confirmó pertenecían a la joven.

El 10 de octubre de 2020, la madre de la joven llevó una cruz y arreglos florales hasta el lugar en el que se encontrar los restos óseos para despedir a Bonilla Vásquez. El funeral de la mujer se llevó a cabo 15 días más tarde.

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Nota del redactor: Esta publicación fue ampliada a las 5:55 p.m. del 16 de agosto del 2021.

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