Jaime Bayly: “Es liberador sentir que uno no tiene nada que perder”

El escritor peruano se mostró tal cual es durante su presentación en la Feria Internacional del Libro Costa Rica 2023. Habló sin tapujos de la bisexualidad, de sus transgresores libros, de la adoración por su madre y del daño que le hizo su padre.  
 

Por Yuri Lorena Jiménez

Alto, imposible que pase inadvertido y mucho menos con semejante personalidad. A sus 58 años, pero ya desde  hace 30 o más, el periodista, escritor, conductor de televisión y todos los etcéteras, aprendió desde pequeño que le era más cómodo andar por la vida en medio de verdades incómodas que de apariencias sociales. 

Jaime Bayly, a no dudarlo, se adelantó a los tiempos y desde que empezó a granjearse un nombre con su primera gran novela, No se lo digas a nadie, empezó a percibir el agradecimiento de miles de lectores en todo el continente, pues eran épocas en las que aún medio mundo debía optar por permanecer en el clóset, mientras que Bayly narraba con toda transparencia sus devaneos con la sexualidad, homosexualidad, bisexualidad y otras situaciones familiares que, la gran mayoría, se guardaría para sí. 

Pero Jaime no. Desde el primer momento sus familiares y allegados le advirtieron que no publicara aquella primera novela, pero él, como lo ha hecho hasta hoy, le hizo caso a su intuición y bueno, el resto es historia. 

Jaime Bayly estuvo en Costa Rica este fin de semana como invitado a la Feria Internacional del Libro Costa Rica 2023 y su presencia en el Centro de Eventos Pedregal se convirtió en todo un suceso.

Educado, agradable, simpático y sin guiones, recibió a los miembros de prensa nacional en lo que sería 20 minutos para cada quien, pero fue misión imposible.

El abrazo fraterno que nos dimos como si nos conociéramos de toda la vida –en realidad, así es, hace 30 años que lo leo– dio paso de inmediato a la entrevista sin guion y fue así como Bayly arrancó hablando de su verdadera liberación, a sus 12 años, cuando se soltó del grosero dominio de su padre. 

Es que ahí empezó lo que sería su gran carrera como escritor y comunicador.

“Yo era un rehén de mi padre, en la adolescencia empecé a seguir mis instintos y poco más adelante fue cuando decidí publicar No se lo digas a nadie, contra todos los consejos que me dieron insistí, lo publiqué y te puedo decir que para uno como autor no hay nada que tenga más valor que llegue un lector y te diga ‘tu libro me cambió la vida’ eso lo vale todo, le da sentido a todo porque uno no escribe para ganar dinero, uno escribe para eso”, reflexiona con orgullo teñido de contentera.

En el mismo arranque de la conversación Jaime asevera que no hay nada mejor que reírse de sus defectos: “No hay nada más liberador que una mala reputación porque entonces no hay nada que perder, en ese momento de liberás de hacer los libros”.

“Cuando yo empecé a escribir hace 30 años era más difícil, había más homofobia, ahora la gente es libre, ahora lo raro es heterosexual, lo que es popular es ser bisexual y eso está bien, es la libertad, que la gente, que cada persona sea lo que quiere ser, mentir sobre su identidad es horrible, ya sea un escritor, actor, músico, cineasta, incluso un youtuber, mentir sobre su identidad es horrible, yo siempre le digo a mis hijas, a Silvia mi esposa, lo bonito es que entre más sé de los defectos de una persona, de sus rasgos humanos, de sus rasgos más miserables, de lo que no puedo ser perfecto pues este soy yo”, reflexiona.

El valor de la autenticidad

En lo que sí se desborda Jaime es en la admiración, idolatría, agradecimiento, orgullo y todas las anteriores, por su madre quien, al contrario de su padre, constituyó un ejemplo para él, hasta el día de hoy, que la señora tiene 83 años, fue madre de 10 hijos y desde su adolescencia destacaba a sus 15 años por montar a caballo  y participar en saltos ecuestres, o bien se metía al encrespado mar de Lima, donde rompían las olas a retarlas con “alfombras” caseras, ni pensar en tablas de surf ni mucho menos. 

Al día de hoy, Jaime se solaza hablando de las gestas de esa amazona que es su mamá. De los 10 hijos que tuvo, solo ha fallecido una, la hermana mayor de Jaime, quien murió el año pasado. 

Sin embargo, es su madre quien mantiene el liderazgo y la unión familiar. 

A pesar de que teníamos el tiempo contado, 20 minutos, para cada medio de prensa y porque además Jaime tenía un séquito de admiradores haciendo fila para saludarlo, darle alguno de sus libros para su firma o simplemente felicitarlo y agradecerlo, como pudimos le exprimimos el jugo a los minutos hasta el punto de hablarle sobre los kilos que se ha ganado en los últimos años. 

Y lejos de hacerse el indiferente u ofrecer alguna excusa, como el libro abierto que es no lo duda ni un segundo para contar que, si bien no lo atormenta, se siente apenado cada vez que su adorada mamá le dice, cuando va a Lima “¡Jaime, qué es eso, por qué estás tan gordo!”.

A saber qué le dirá él, porque, visto lo visto, a doña Doris Mary Letts Jaime jamás le ha mentido, ni le mentirá. 

A pesar de que recién aterrizó el sábado por la mañana y se iba del país la tarde de este domingo, Bayly, al ver aquellos filones de gente y el cariño con el que lo recibieron los ticos, se notaba visiblemente agradecido y hasta conmovido, al punto de que llegó un momento en que, mientras los medios lo entrevistaba, se dirigió al público que lo esperaba y les dijo “No se preocupen, para todos va a haber tiempo, se los agradezco muchísimo”. 

Y claro, como no podía ser de otra manera, muchos cargaban bajo el brazo el último libro del escritor peruano, nada menos que “Los genios”, nada menos que una joya en la que describe la relación entre Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. 

Como quien cuenta una anécdota de barrio, Bayly narró que, amén de la estatura literaria de ambos escritores, siempre quiso contar por qué Vargas Llosa le dio tremenda trompada a Gabo, hace muchos años ya. 

A partir de entonces, y aunque Vargas Llosa no quería que el libro se publicara y Bayly tuvo que pasar por varias editoriales que se negaban a publicar por temor al enojo de los dos Premios Nóbeles, finalmente lo consiguió. 

Huelga decir que "Los genios" se convirtió en un boom en la Feria del Libro en Pedregal y claro, como no, con la firma y puño, más la simpatía y humildad, del autor que se llevó tremendas loas y el gran cariño de decenas de ticos que confraternizaron con el escritor de No se lo digas a nadie, La Noche es Virgen, Yo amo a mi mami, Los amigos que perdí, La mujer de mi hermano, El huracán lleva tu nombre, El canalla sentimental, Morirás mañana, La lluvia del tiempo, El niño terrible y La Escritora Maldita.

Acá, Bayly en entrevista con Patricia Jiménez, periodista y co-organizadora del evento: Foto Cortesía.

Ya para cerrar, dos detallazos:  con toda transparencia Jaime le envió su admiración a la gente de Costa Rica, porque “pueden tener gobiernos buenos, mediocres o malos, pero cuando no están conformes, los costarricenses votan y cambian democráticamente de gobierno”.

Y lo otro fue que confesó que para él no existen los días feriados, ni los fines de semana, ni Navidades, ni Año Nuevo… “No puedo vivir sin escribir… ya he detectado que si me tomo un día sin escribir, la mente se te va y empiezas a pensar en el pasado, en el futuro, en las incertidumbres de la vida, en los problemas… y no, yo aprendí a vivir el hoy, es lo único que tenemos. Y la escritura y la creación literaria son parte de mis armas para vivir al día y lo más en paz que se pueda”.

Decenas de fans hicieron fila para fotografiarse con el popular escritor peruano. Foto Cortesía