21/08/23 | 11:37am

El comercio de antigüedades de jade de Taiwán pierde su brillo

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Por: Dene-Hern Chen y Amber Wang/AFP

Un anticuario de Taiwán examina las diminutas orejas de un pequeño cerdo de jade en la palma de su mano y confirma la autenticidad de la pieza, de cuatro siglos de antigüedad.

"Los pliegues de las orejas del cerdo son prueba de la antigua artesanía" de la dinastía Ming (1368-1644), afirma Lee, un experto de 60 años que no quiere dar su apellido.

"El tallado es muy meticuloso. Si fueran copias, no serían tan delicadas y detalladas", explica.

La tienda de Lee, en el distrito Da'an de Taipéi, alberga antiguos tesoros de jade que valen más que algunos edificios de la zona.

El valor total de su mercancía representa solo una ínfima parte de las fortunas amasadas por el jade antiguo, cuyas ventas, según la Asociación de Jade de Taiwán, reportaban cerca de 16 millones de dólares antes de la pandemia.

Pero los comerciantes advierten de que el sector está perdiendo fuelle en medio del mal momento que pasa la economía mundial.

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Los compradores se volvieron mucho más cautos en un mercado inundado de falsificaciones.

Con el deterioro de las relaciones entre Taipéi y Pekín desde la elección de la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen en 2016, los mayores compradores del continente siguen ausentes por las restricciones de viaje.

Hasta hace siete años, "era una época muy buena para los taiwaneses que comerciaban con antigüedades o jade", dice Liu San-bian, que regenta una tienda en el Emporio Metropolitano de Joyas y Antigüedades.

"Esto decayó cuando la política afectó poco a poco los viajes a través del estrecho", añade, resumiendo la situación actual como un dilema: "Difícil comprar y difícil vender".

"Los chinos dejaron de venir y los ricos de Taiwán ya no compran. No hay oferta en el mercado (...) y los coleccionistas de aquí no están dispuestos a poner sus piezas a la venta", afirma Liu.

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"Preciosos tesoros nacionales" 


Antes de que Taiwán se hiciese conocido por sus empresas de semiconductores y tecnología de punta, era un lugar apreciado por los amantes de antigüedades chinas.

Muchos de estos objetos antiguos fueron sacados de la China continental durante la Revolución Cultural (1966-76) y llegaron a Taiwán y Hong Kong.

Pekín considera ilegal el comercio de antigüedades, salvo en aquellos objetos heredados o comprados en comercios autorizados.

En cambio, hay una mayor permisividad en Taiwán, una isla con un gobierno autónomo desde 1949 que China considera como parte de su territorio.

"Los coleccionistas de Taiwán empezaron a coleccionarlas cuando se dieron cuenta de que se trata de preciosos tesoros nacionales", explica a la AFP Chang Juben, presidente de la Asociación taiwanesa de Coleccionistas de Jade.

"La reputación de Taiwán es que se puede ver, tocar y comprar jade de calidad", añade.

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El mercado taiwanés de jade despuntó hace una década y actualmente mueve entre 9,4 y 15,7 millones de dólares.

Aunque el sector parece estancarse en la isla, en Hong Kong, otro territorio autónomo chino, vive un momento álgido.

"Hemos vendido varias colecciones importantes de Taiwán en Hong Kong en los últimos años, incluida una extraordinaria colección de jade antiguo de Chang Wei-Hwa", asegura Pola Antebi, vicepresidenta de la casa de subastas Christie's en Hong Kong.

Pese a la competencia hongkonesa, los actores del comercio de jade en Taiwán están convencidos de que este sector "resistirá pase lo que pase", afirma Lee.

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