12/12/24 | 06:34am

 

 

 Un empleado de Tilray revisa las plantas de cannabis en Coimbra, Portugal.

 

 

Portugal, foco europeo del cannabis medicinal

 

 

Thomas Cabral, AFP

Debido al calor imperante en el sureste de Portugal, una treintena de operarios agrícolas trabajan sólo por la mañana en la cosecha de flores de cannabis con fines terapéuticos, un sector emergente en el país.

"Ningún otro país en Europa cuenta con mejores condiciones medioambientales que nosotros. Deberíamos ser el nuevo Eldorado de la producción de cannabis medicinal", afirma José Martins, agrónomo responsable de esta plantación al aire libre de 5,4 hectáreas, situada en el municipio de Serpa.

En medio de tranquilas colinas salpicadas de olivos y alcornoques, pero rodeada de altas vallas de alambre de púas y vigilada por cámaras infrarrojas, el sitio produce unas 30 toneladas de cogollos de cannabis al año, con costos energéticos inferiores a los de los cultivos en invernadero.

La explotación pertenece a la empresa farmacéutica portuguesa FAI Therapeutics, creada en 2022 por el grupo Iberfar para incursionar en la producción de cannabis medicinal y seguir los pasos de compañías extranjeras ya instaladas en Portugal debido a su clima y legislación favorables.

Un empleado de Tilray sostiene una bolsa con cannabis en Coimbra, Portugal.

"Portugal está claramente a la vanguardia en Europa entre los países productores de cannabis para uso medicinal", asegura a la AFP José Tempero, director médico de la multinacional canadiense Tilray, que se instaló en 2019 en Cantanhede (centro).

Con sus 4,4 hectáreas de invernaderos capaces de producir hasta 27 toneladas de cannabis al año, el sitio, equipado con laboratorios propios -además de instalaciones para secar las flores y extraer aceites-, exporta su producción a varios países de Europa y América Latina, e incluso a Australia.

La legalización del cannabis recreativo sigue siendo poco común en el mundo, pero el uso medicinal de esta planta psicoactiva está autorizado en una cincuentena de países para tratar dolores crónicos, efectos secundarios de la quimioterapia o algunas formas de epilepsia.

"Existe una enorme demanda por parte de los pacientes", afirma Bernhard Babel, director general de la empresa alemana Avextra, que también desarrolla parte de sus actividades en Portugal.

Falta información

La elección del país ibérico se impuso porque ofrece "probablemente el mejor entorno" para este sector en Europa, principalmente gracias a su clima y a un "muy buen marco regulatorio" implementado desde 2019, precisa.

"Gracias a esto, los productos que salen del país ofrecen garantías de seguridad" a los mercados internacionales, agrega Pedro Ferraz da Costa, presidente de Iberfar, propietaria de la plantación al aire libre en Serpa.

Según el gabinete Grand View Research, el mercado mundial del cannabis medicinal alcanzó un valor de $16.600 millones en 2023 y podría superar los $65.000 millones en 2030.

La participación de Europa podría inclusive aumentar de $226 millones  el año pasado a más de $1.200 millones al final de la década.

Portugal exportó en 2023 cerca de 12 toneladas de productos medicinales derivados del cannabis, principalmente a Alemania, Polonia, España y Australia, según la Autoridad Nacional del Medicamento (Infarmed), que no especifica la producción total del país.

El agrónomo Jose Martins en la finca de cannabis de la farmaceutica Iberfar, en Serpa, Portugal.

Según datos de mayo, más de sesenta empresas estaban autorizadas para operar en etapas de cultivo, producción de derivados o distribución, y aproximadamente 170 empresas adicionales habían solicitado autorización.

A pesar de la legalización del cannabis medicinal y el desarrollo de una industria de producción, los pacientes portugueses se quejan de las dificultades para acceder a este tipo de terapias, que no están cubiertas por la seguridad social y son prescritas por pocos médicos.

"Falta información" dentro del cuerpo médico de este país "muy conservador", lamenta Lara Silva, cuya hija de 6 años sufre una forma grave de epilepsia que afecta su desarrollo motor y cognitivo.

Hace dos años, esta madre de familia de 39 años, que vive cerca de Coimbra (centro), tomó la iniciativa de tratar a la pequeña Sofía con CBD, uno de los derivados del cannabis, que debe encargar desde España, y observó mejoras "de un día para otro".

Según José Tempero, director médico de Tilray, el cannabis medicinal aún enfrenta cierta "estigmatización", pero también nota "una aceptación creciente del cannabis más allá de su uso recreativo".

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