03/03/23 | 08:55am

En su tercera vuelta al mundo en busca de preservar los océanos, famoso velero atraca en Costa Rica

En los últimos 40 años tres generaciones de la familia brasileña Schurmann se hicieron a la mar y hoy, conocidos en todo el orbe, lideran Voice of the Oceans en una esperanzadora batalla contra los desechos plásticos en el mar. Recién anclaron en Golfito.

Por Yuri Lorena Jiménez

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Era mediados de los años 70 cuando un matrimonio brasileño integrado por Vilfredo y Heloisa Schurmann realizaron un viaje de turismo en un velero, periplo que los marcaría de por vida a ellos, a su descendencia y a miles de personas en el planeta… y siguen sumando.

La pareja simplemente se enamoró del mar y ninguno tuvo paz hasta que empezaron a cristalizar, en 1984, el sueño de cambiar tierra firme por una vida en el océano, incluso ya para entonces siendo padres de Wilhelm, David y Pierre, de 7, 10 y 15 años, se hicieron a la mar navegando por la costa del Brasil y el Atlántico, el Pacífico y el Índico hasta completar su primera circunnavegación.

Tal cual dan cuenta sus decenas de biografías, desde su partida hasta su regreso a Brasil pasaron diez años de aventuras, de encuentros con distintos pueblos y culturas en los que los jóvenes fueron creciendo mientras estudiaban a bordo, a no dudarlo en un esfuerzo y osadía monumentales en tiempos en los que el planeta -en alta mar o en tierra firme- apenas gateaba en la entonces incipiente revolución digital llamada Internet.

Una vez finalizada la expedición en 1994, ya estaban convencidos de que habían encontrado su sitio en muchos sitios de los océanos.

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Veintinueve años después de aquella expedición que les cambió la vida, ese “sitio en el mar” es Costa Rica. La última semana de febrero, el velero hoy provisto de todo tipo de tecnología y científicos llegó a Golfito, en la costa pacífica de este país centroamericano. La nave está comandada por Vilfredo Schurmann y sus hijos, que son la tercera generación de la familia. Ellos viven y trabajan en el barco, cuyo principal objetivo es surcar la lucha contra en plástico que amenaza a la fauna marina y obviamente, al ser humano.

Los primeros Schurmann conocen una pareja que por transfusiones de sangres adquiere el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH), y muere dejando a una hija huérfana. Ella, de nombre Kat, es adoptada por aventureros navegantes. “Es una historia fascinante. Al padre de Kat le habían prometido que darían otra vuelta al mundo con ella y así emprenden la segunda travesía junto a la niña y sus tres hijos varones”, narra a AmeliaRueda.com, Norman Lizano, embajador de Costa Rica en Brasil y alineado con la causa de Voice of the Oceans: “Desafortunadamente Kat muere en su adolescencia, también víctima de la misma enfermedad y fabrican otro velero, el actual, al que bautizan con su nombre", cuenta Lizano.

De acuerdo con datos de la página oficial, se calcula que actualmente hay 51 billones de partículas microplásticas en los mares de todo el mundo. Cada año, al menos 11 millones de toneladas de plástico ingresan a los océanos, el equivalente a la descarga de un camión de basura cada minuto. Solo en América Latina y el Caribe se producen 17.000 toneladas diarias de desechos plásticos y en promedio menos del 10% de los residuos se reciclan, según la ONU Ambiente.

Según lo contó David Schurmann, el primogénito de la generación en una entrevista desde Sao Paulo, Brasil, en su tercera vuelta al mundo en busca de preservar los océanos, la expedición del famoso velero atraca en Costa Rica. Esta expedición es la cuarta bajo la iniciativa “Voice of the Oceans” ("Voz de los Océanos)", que a estas alturas tiene como misión sensibilizar a la sociedad y documentar la situación de la basura marina debajo del mar.

De acuerdo con David, quien literalmente se crió en el mar y ha vivido sobre las olas el resto de su vida, hoy han logrado con inmensa satisfacción su iniciativa, apoyada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) como parte de la campaña Mares Limpios, enfocada en crear conciencia sobre la contaminación por plásticos y microplásticos.

Esto involucra a gobiernos y al público en cada parada que hacen en esta cuarta expedición que comenzó hace 17 meses a lo largo de la costa atlántica, desde el sur de Brasil hasta Nueva York, el Caribe hasta llegar a Panamá, donde estuvieron por tres semanas haciendo documentales, de acuerdo con el diario panameño La Estrella, cuyo equipo periodístico acompañó al equipo del famoso velero por varios días.

En estas dos semanas, tras cruzar el Canal de Panamá, anclaron en Golfito previo a visitar la Isla del Coco y las Islas Galápagos, y antes de seguir hacia Nueva Zelanda a mediados de noviembre de 2023, para completar la primera etapa de la expedición, explicó David.

Imparables

Es que ni la pandemia los detuvo, según reflexiona David. "Claro que vivimos momentos de desconcierto pero nunca nos rendimos, nuestra expedición finalmente ya se encuentra andando. Creemos que con la educación sobre la importancia de cuidar nuestros océanos y con la participación conjunta de todos los países podemos encontrar soluciones y crear un impacto profundo, significativo y muy positivo para nuestros mares y medio ambiente”, dijo el vocero de la familia.

Y agrega: “Los esfuerzos y acciones para abordar la basura marina no solo son una lucha en Brasil, sino también en el resto del mundo. Hemos ido ganando batallas, pero si los gobiernos se unen podemos lograr captar a más personas e inspirar a otros para acabar con esa contaminación marina”, añadió.

Por ahora, esta particular e increíble familia sigue su curso en los océanos del mundo, convencidos de que su lucha ha valido y valdrá la pena, sobre todo porque las nuevas generaciones en el mundo están asidos a su batalla por el bien del planeta

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