17/12/22 | 09:09am

Borracho

#LosMundialesQueViví: El borracho del chárter a Alemania 2006 por el que casi nos devuelven

Por: Yuri Lorena Jiménez

Supe que iría a mi primer Mundial de Fútbol apenas dos días antes de viajar, cuando tan solo 48 horas antes miraba obnubilada junto a varios compas la inauguración de Alemania 2006 nada menos que a cargo del equipo anfitrión contra Costa Rica.

Apenas un día antes, mi jefe de entonces llegó a mi escritorio y me preguntó si quería ir al Mundial. Un día después, estaba en el Aeropuerto Juan Santamaría junto a 300 almas que viajaríamos a la Copa del Mundo en lo que sería el primer vuelo chárter directo entre Costa Rica y Europa.

Demos el ensoñamiento, la ilusión y la felicidad por sentadas, en este caso prevalece lo ocurrido en ese vuelo con el llamado –durante varios años, hasta que la historia quedó en el anecdotario mundialista– de un coterráneo que se enfiestó a lo grande en las horas previas a la salida del Santamaría y le entró el guaro vaquero pero así, marca Pisuicas.

Haciendo desmanes –y desmadres– mientras cruzábamos el Atlántico al punto de que la impoluta tripulación de Alitalia, a cargo del traslado aéreo, no tuvo más remedio que sentarlo en los asientos traseros que usan los asistentes de vuelo durante las turbulencias… solo que él, iba bien asegurado –amarrado, en realidad– para salvaguardarlo de él mismo y de las otras 300 almas que lo habían visto u oído proferir desde amenazas de que iba a estrellar el avión, eso sí con la lengua al revés, evidentemente alcoholizado, hasta blandir hasta 400 dólares o euros, no recuerdo bien, a quien lo soltara de sus amarras.

Y es que una vez que la tripulación logró sentar al “borrachillo” –conste, ya una buena parte de la legión rumbo a Alemania iba fosforoneada, pero a nadie más le dio guaro vaquero–, dos que tres avezados pusieron una cinta divisoria en el pasillo y empezaron a cobrar para hacerse fotos con “la bestia”, por la módica suma de cinco euros.

Aunque en su momento el caso del entonces conocido “borrachito del avión de Alemania” llegó a poner en jaque el aterrizaje del famoso y flamante charter inaugural entre Costa Rica y Europa, increíblemente los meros meros de la operación del vuelo se la jugaron, le bajaron la juma con unos 10 o 15 tinticos bien cargados, le ayudaron a hacer Migración y le dieron una última oportunidad: se lo endosaron a Carlitos Ramos “Porcionzón” y a don Guillermo Carvajal, “Carva”, chofer y asistente de René Picado, presidente de Televisora de Costa Rica y quien abogó por darle un voto de confianza al borrachito.

A pesar del susto y de los incidentes, amén de la poca confianza que teníamos todos de que el aserriceño –luego supimos que era un comerciante dueño de un establecimiento de pinturas–, casi como un milagro el muchacho, entonces treintañero, siguió la fiesta un día más, ya bajo la supervisión de Porcio y Carva… y luego sacó el fuelle y dijo “No más”.

Empezó a portarse bien, se ganó el cariño de mucha gente y en el ínterin entre los juegos contra Ecuador y Colombia, todos hablaban del hombre educado y generoso, al punto de que lo llevaron sin ningún temor a conocer Suecia, Dinamarca y Francia.

Holas

Ronald González y Gabriel Badilla (ya fallecido) celebran la anotación del primero en el juego de trámite contra Polonia, en el Mundial de Alemania 2006.

Hoy, a sus 61 años, localizamos a Chechelo vía telefónica y su conversación fue todo un aprendizaje. Porque quienes presenciamos los desmanes provocados por el exceso de licor, más todos los coletazos del primer día en Hamburgo, dábamos por sentado que el “borrachito del avión” iba a terminar deportado o encarcelado.

¡Pero no! Contra todos los pronósticos, Chechelo “la paró” y sus compañeros de viaje hoy no solo admiran su temple, sino también su don de gente y su capacidad de asombro y admiración al poder disfrutar no solo del norte de Alemania en los juegos de la Sele, sino de las otras latitudes que hoy recuerda con orgullo al narrar el tremendo incidente que, insisto, hubo momentos en los que se arriesgó el vuelo completo y la posibilidad incluso de no poder aterrizar en Hamburgo.

Hoy, a sus 61 años, es capaz de reírse de su “estupidez” en Alemania 2006, no se lo toma a menos, pero nos cuenta que antes de viajar al Mundial tenía años de abstinencia. Luego, tras las seis horas de retraso del avión a Hamburgo, se contaminó de ver a “todo el mundo alegre” y bueno, él se pegó la rifa de que el whisky se le fuera hasta la estratosfera.

El drama, la vida, la risa

Esto no es un reportaje, es una reflexión tras haber vivido lo que, según creíamos todos, sería el acabose de este ser humano que estuvo cerca de hacer trizas nuestro sueño mundialista de Alemania 2006.

En cambio, lo que más impresiona es que ‘Chechelo’ pueda hoy reflexionar lo ocurrido, sin martirizarse por los errores pero muy orgulloso de no dejarse ir en caída libre, al punto de “pararla”, literalmente, hasta conocer los tres países europeos, ya mencionados, amén de Alemania.

Entre remembranzas, risas y reflexiones, Chechelo se toma la libertad de narrar una de las anécdotas más valiosas para él, en medio de todo lo que pudo ser una bacanal y un escándalo supremo.

"Viera qué bonito, cuando ya nos tocaba regresar yo entro calladito y avanzo hasta mi asiento, en eso escucho por los altavoces que me estaban llamando y me asusté todo cuando oí mi nombre, para que me presentara en la cabina del avión... ¡creí que me iban a bajar!" cuenta mientras revive el momento con emoción.

"Usted sabe ¡era el propio Capitán el que me estaba llamando! Un señorón de esos a cargo de semejante tripulación, algo hablaba de español y me dijo, de buena forma y hasta con simpatía, que si podía volar tranquilo sabiendo que yo no iba a generar ningún problema, por supuesto que le dije que sí, que estuviera tranquilo. Y así fue, volamos tranquilos, más yo que ninguno (risas) y lo más lindo, pero ahí sí que fue lo más lindo, que la tripulación me esperó al final para despedirse de mí y felicitarme por haber logrado disfrutar sobrio del Mundial y del resto del viaje", culmina entre risas.

AmeliaRueda.com

Noticias, reportajes videos,

investigación, infografías.

Periodismo independiente en Costa Rica.

(506)4032-7931

comunicados@ameliarueda.com

Privacidad