El artista puertorriqueño Mora durante su presentación en el Festival Picnic, el 28 de enero de 2023 en el Centro de Eventos Pedregal. Foto: Tatiana Saballos
La cara de quien reconoce en un concierto una canción que le gusta tiene características similares sin importar si el género en cuestión es rock alternativo del cambio de milenio o la más reciente inclusión al playlist de Spotify de éxitos candentes del reggaetón.
Los cachetes se impulsan hacia arriba, como queriendo comprimir los ojos; los ojos se cierran, pero no del todo; y la boca se pone en modo karaoke para acompañar a quien sobre el escenario canta. El cuerpo acompaña, ya sea bailando, ya sea saltando, ya sea alzando las manos.
No importa el género: la secuencia es la misma cuando una canción que nos gusta suena amplificada y nos prestamos a vivir el momento rodeados de miles de desconocidos, y esto es así tanto un festival musical —en este caso Picnic— como en unas fiestas patronales muy concurridas.
Esa es la cara que el Centro de Eventos Pedregal, en San Antonio de Belén, más registró este sábado 28 de enero durante el primer día de Picnic, que se consolida como el festival-más-festival de Centroamérica por razones que sobrepasan lo musical.
Asistentes al primer día del Festival Picnic 2023. Foto: Tatiana Saballos
Sí, artistas como Mora, Guaynaa y Eladio Carrión —todos muy bien recibidos este sábado en la tarima Picnic— son el gancho para lograr que más de 35.000 personas —según la organización— se desplacen hasta Pedregal, pero el festival es mucho más que la música sobre el escenario.
Juegos mecánicos, un salón de patines, áreas de fiesta y descanso, y una amplia variedad de comidas y espacios para recargar pilas complementan una experiencia que tiene poco que envidiarle a festivales en el extranjero, pese a que Costa Rica no ha sido el país más versado en este asunto.
Un público meta usualmente juvenil (quien redacta este artículo estima que la edad promedio era inferior a 25 años) termina por alinear todos esos elementos, pues de poco serviría todo ese despliegue sin miles de caras —escarchadas o no— fundiéndose en sus canciones favoritas.
Todas esas caras se desplazan felices hasta Pedregal esperando muchas de esas canciones que las transforman por completo, pero también van en su gran mayoría a pasar una jornada para el recuerdo con sus grupos de amigos; a bailar, a abrazarse, a correr juntos para no perderse.
Y así como miles de grupos de amigos colmaron todos los alrededores del escenario Picnic cuando se presentaron artistas como los ya mencionados y Sean Paul e Incubus, otros grupos de amigos hicieron lo propio cuando Collie Budz, Dread Mar I y Koffee se presentaron en la tarima Jogo.
Sean Paul durante el Festival Picnic 2023. Foto: Tatiana Saballos
El cartel del primer día del Picnic 2023 (su segunda fecha será el próximo sábado 4 de febrero) unió mundos a los que no es usual ver compartir escenario. El contraste más marcado fue el de Incubus en medio de una avalancha de música bailable, lo que se notó incluso en el sonido.
Esa hora de Incubus sobre el escenario Picnic fue la única en toda la jornada con guitarras distorsionadas. Lamentablemente para quienes tenían esa presentación como prioridad, la calidad sonora distó mucho de la recordada de su visita en 2008 para el Festival Imperial.
Después de que artistas como Piso 21 y Sean Paul, además de los ya mencionados Mora y Guaynaa, convocaran a más de la mitad de asistentes al festival durante toda la tarde, la banda liderada por Brandon Boyd tomó ese mismo escenario, pero el sonido no le hizo justicia.
Se sentía como que estaba todo ecualizado para resaltar instrumentos de percusión y bajos que en géneros como reggaetón son imprescindibles, pero que cuando de rock se trata hacen que todo suene abultado y que francamente cueste discernir algunos sonidos de otros.
Es decir, mientras los artistas de la tarde sonaron nítidos y potentes, Incubus no sonó tan bien, pero eso no evitó que muchas personas que solo fueron a verlos a ellos se desgalillaran al son de canciones como "Anna Molly" o "Nice to Know You".
Muchas comparaciones se hacen entre Picnic y el Festival Imperial —cuya última edición fue en 2012, en donde hoy se ubica Parque Viva—, pero fuera de la palabra "festival" y de algunas coincidencias artísticas, son eventos muy diferentes, porque son épocas muy diferentes.
Eladio Carrión durante el Festival Picnic 2023. Foto: Tatiana Saballos
La apuesta de Picnic no es por la música rock, en todo caso, sino por artistas latinos y por música más popular que alternativa claramente funciona, pues es lo que atrae a más personas.
Quizá uno de los elementos detrás del éxito de Picnic sea esa apuesta tan marcada por lo latino y la música más popular que alternativa, contando en las últimas ediciones con algunos de los artistas más populares del momento en la región.
La apuesta claramente funciona, pues esos son los shows que atraen a más personas. Sobre los escenarios más grandes (Picnic y Jogo) todos los artistas que cantaron fueron coreados masivamente, señal de que la organización sabe leer al segmento al que se dirige.
Ese carácter popular se mezcla con otros escenarios como Hideout, bajo techo y dedicado al hip-hop y ramales, donde las presentaciones tienen un cariz más íntimo y cercano, o la tarima 506, exclusiva para artistas costarricenses.
Si bien hubo exponentes locales que tocaron en otros escenarios, antes y después de artistas extranjeros, resulta extraño que haya una tarima exclusiva para bandas de Costa Rica, que además estaba frente a las mesas de un área de comidas ubicada lejos del resto del festival.
Relegar exclusivamente a artistas nacionales a estas condiciones, y no permitirles llegar a nuevos públicos en tarimas más grandes y cercanas a donde estaban la mayoría de asistentes, no parece ser la forma más apropiada de incluir talento local en un festival por lo demás muy bien hecho.
Tan bien hecho y exitoso que en una de las áreas de Pedregal le preguntaban al público sobre qué artistas les gustaría ver en la edición de 2024, porque aunque todavía falta un sábado más de Picnic 2023 es evidente que la marca seguirá creciendo al ser capaz de ofrecer algo por lo que miles de personas están dispuestas a seguir pagando.
Incubus en el Festival Picnic 2023. Foto: Tatiana Saballos
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